lunes, 14 de abril de 2025

Meme 14/04: Una pluma universal. Mario Vargas Llosa 1936-2025

 

 

 

"Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida", dijo Vargas Llosa en su discurso de aceptación del preciado galardón, el 7 de diciembre de 2010, en Estocolmo. Y añadió: "La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan".

Fuente: https://www.dw.com/

Por: Dagmar Breitenbach

 

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Arequipa, Perú: X Congreso Internacional de la Lengua Española - Octubre, 2025

 

https://congresodelalenguaarequipa.pe/

 

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Cita DCCCXL: Vida, novela y aventuras del formidable Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936-Lima, 2025) ha sido una figura colosal en las letras de nuestra lengua. Premio Nobel en 2010 y Premio Cervantes en 1994, miembro de la Academia Francesa, ha sido ante todo un narrador extraordinario, pero también un intelectual público esencial y un importante crítico literario. 

Era el más joven del boom y siempre tuvo algo de primero de la clase. Su novela La ciudad y los perros –antes había publicado el libro de relatos Los jefes–, inspirada en su traumática experiencia en el colegio militar Leoncio Prado, obtuvo premios, reconocimiento y escándalo. Esa y todavía más las siguientes novelas, La Casa Verde, con sus dos escenarios y su multitud de personajes, o la mítica Conversación en la Catedral, que trata de la corrupción de la dictadura de Odría en su país natal, son obras ambiciosas, herederas de las técnicas de la vanguardia, principalmente de Faulkner, y también están dotadas de un pulso narrativo y una capacidad de fascinación que hacen pensar en otra de las fuentes de Vargas Llosa: la novela del XIX. Ahí era importante la frase de Balzac que decía que la novela es la historia privada de las naciones –sirve de epígrafe a Conversación en La Catedral– pero también el romanticismo de Victor Hugo o los mecanismos del folletín de Alexandre Dumas. Todos los libros de Mario Vargas Llosa tienen algo de novela de aventuras: quizá esa fuera su forma de entender también la vida.

A los 33 años, había escrito tres novelas que ya le habrían dado un lugar en la historia de la literatura. Eso es asombroso, y también lo es que mantuviera después una carrera tan larga y de calidad sostenida. Se le asocia, con razón, a novelas ambiciosas, extensas, que se plantean como desafíos técnicos y argumentales; también con lo que él mismo denominaba “la novela total”, con su abundancia de materiales y tonos y su pretensión de abarcar toda la experiencia humana. Pero también dominaba la media distancia: se revela en la magistral novela corta Los cachorros, sobre una doble amputación, que se cuenta oscilando entre la primera persona del plural y la tercera persona, como en la escena inicial de una obra clave para el peruano, Madame Bovary. En los años setenta escribió también memorables novelas más ligeras: la divertidísima Pantaleón y las visitadoras o la autobiográfica y cervantina La tía Julia y el escribidor. Podría decirse que estableció dos líneas –no absolutamente separadas, comunicantes en varios aspectos– de su narrativa: obras “serias” sobre la violencia, el poder y la corrupción (y sobre los esfuerzos, a menudo frustrados, por luchar contra ellos), y otras más livianas, que a veces jugaban con la estética de un género supuestamente menor. A la primera categoría pertenecen grandes novelas publicadas en varias décadas: La guerra del fin del mundo, sobre un culto mesiánico en Brasil; El hablador, que oponía tradición y modernidad; La Fiesta del Chivo, una excelente novela de dictador (en este caso, el dominicano Rafael Trujillo); la más que sólida Tiempos recios, sobre el sabotaje estadounidense a la democracia liberal en Guatemala. En las otras podemos encontrar novelas eróticas como Los cuadernos de don Rigoberto, comedias sentimentales como Travesuras de la niña mala o los absorbentes relatos policiacos protagonizados por Lituma (que aparecía por primera vez en La Casa Verde), Lituma en Los Andes y ¿Quién mató a Palomino Molero?

Su biografía es a grandes rasgos conocida: parte la contó en sus memorias El pez en el agua; el perfil Vida y libertad de Enrique Krauze ofrece una excelente semblanza. Tuvo unos años felices, interrumpidos con el regreso de un padre brutal al que creía muerto y que vino a destruir una suerte de paraíso infantil. El colegio militar fue áspero, pero también le mostró la diversidad de Perú y lo acercó a la literatura. Empezó a escribir, a acumular trabajos. Vivió en Europa. A Madrid fue a estudiar la novela de caballerías. En París decía haber descubierto América Latina: una sensación de identidad, una literatura, un discurso cultural. Vivió en Barcelona, en Londres, formó parte de esa generación que revolucionó la literatura en nuestra lengua y obtuvo un alcance mundial. Se casó joven y escandalosamente con una tía suya; más tarde, con una prima, Patricia, que sería la madre de sus hijos. Su agente, como la de sus compañeros de movimiento, era Carmen Balcells. Asumió riesgos. Dio clase. Dirigió cine. Se presentó a la presidencia de su país. Hizo teatro. Fue una figura controvertida también en sus últimos años, con apariciones en las revistas de corazón y críticas a la sociedad del espectáculo. Siempre tuvo una relevancia pública, una vocación de intervención en el debate. 

Fue un gran narrador, un técnico deslumbrante. Tiene grandes personajes y frases, pero quizá lo que mejor recuerdo de su obra son la invención de algunos ambientes, el ritmo, la creación de estructuras, el montaje cinematográfico, técnicas como los “diálogos telescópicos”. Esa conciencia del oficio hizo de él un gran crítico literario, que explicaba el manejo del tiempo en la obra de Flaubert y del punto de vista en la de Onetti, que enseñaba que el personaje más importante de todas las novelas es el narrador, que estudió a José María Arguedas y dedicó una tesis doctoral a Gabriel García Márquez (amigo y luego ya no). Sus textos sobre literatura son perspicaces y apasionados; revelan una estética y son una escuela de escritura.

Siempre fue respetuoso y atento con la obra de los demás, y fue generoso en la valoración y en la lectura de los otros, tanto en privado como en público. Elogió a Javier Cercas, a Leila Guerriero, a Andrés Trapiello y a muchos otros.

Fue también un gran intelectual público latinoamericano, y alguien que evolucionó desde esa confluencia entre extrema izquierda y nacionalismo de su juventud a una postura liberal. En medio estuvieron el entusiasmo con la Revolución cubana y la decepción por el totalitarismo castrista, la Guerra Fría y sus consecuencias, el descubrimiento de un pensamiento democrático y pluralista. Octavio Paz –que acaso la compartiera– dijo de él que tenía la pasión del converso, pero incluso al final era imprevisible y eso formaba parte de su encanto y enseñanza. En ocasiones esa actividad polémica ha estado a punto de eclipsar su formidable obra literaria. Era casi un lugar común afirmar “Vargas Llosa, de quien me siento tan alejado en sus posturas políticas, sin embargo”: esto ocurría cuando defendía a figuras discutibles pero democráticas, mientras que los escritores que callaban ante dictaduras o que las aplaudían no inspiraban esa salvedad. Algo interesante de Vargas Llosa, más allá de la coincidencia estricta con sus posiciones y de alguna declaración controvertida, es que pudimos ver una evolución, una discusión honesta con los demás pero también consigo mismo.

Era un demócrata que criticaba dictaduras de derecha y de izquierda y pensaba que ningún pueblo tenía un destino predeterminado. Los países de América Latina tenían el mismo derecho y capacidad de ser democracias liberales y Estados de derecho que los de otras latitudes. Culto y curioso, diría que su reflexión sobre los pensadores tenía muy en cuenta las controversias y los posicionamientos, la coherencia moral más que el sistema, la libertad e independencia de la mirada más que otras cosas.

Era célebre por su energía, su capacidad de trabajo, un talento asombroso. Como la mayoría de los grandes creadores, se alimentaba de una tensión entre opuestos. Señalaré algunos.

El joven Mario Vargas Llosa, cuando tenía un montón de trabajos, era apodado “el sartrecillo valiente” por su admiración hacia el autor de El ser y la nada. Ese es quizá su primer modelo. Más tarde, cuando evolucionó hacia el liberalismo, se sintió alejado de su dogmatismo, y reivindicaba sobre todo a Camus, a su integridad moral, su vocación humanista. Pero su impulso de intervención pública que mantuvo prácticamente hasta el final era heredero de Sartre y en los últimos tiempos escribió algún artículo reconociendo su magisterio. 

También su relación con los lugares es interesante y contradictoria: ya he comentado que decía haber descubierto América Latina en París. Fue también un afrancesado; sus grandes modelos culturales eran franceses: los citados Hugo, Flaubert, Sartre, Camus; también André Malraux o Georges Bataille. Políticamente simpatizaba con el parlamentarismo británico. Isaiah Berlin y Karl Popper, que se refugiaron en el Reino Unido, fueron dos influencias decisivas en su paso hacia el liberalismo; también admiraría el magisterio de otro autor francés, Raymond Aron. Vivió mucho en España y conocía muy bien su literatura: escribió sobre el Quijote y Tirant lo Blanch, sobre Azorín y Galdós, participó en el debate público. Pero no escribió mucha ficción sobre este país, ni tanta sobre Europa en general (el gran repositorio, lleno de ambientes y clases y razas, es Perú, aunque aparecen muchos otros territorios americanos en sus novelas, y también escribió de África y Oceanía). Una excepción es el relato “Los vientos”, ambientado en un Madrid distópico, publicado originalmente en el número de agosto de 2021 de Letras Libres, por el veinte aniversario de la edición española.

Otra de esas tensiones, presente en su vida y en su obra, se establece entre el impulso romántico y el ideal ilustrado o racional. Vargas Llosa en muchas cosas tenía una sensibilidad romántica; los personajes que admiraba o retrataba positivamente mostraban la curiosidad, el entusiasmo, incluso la ceguera de los románticos. Un escritor no elegía los temas: estos eran obsesiones que lo perseguían. La literatura, decía en un célebre discurso, es fuego. Trabajaba los libros, se documentaba, disfrutaba con sus “papeles”, pero el arte es transgresión, locura. Al mismo tiempo creía que esos impulsos aplicados a la política podían producir monstruos: allí desconfiaba de las utopías, de grandes sueños dogmáticos que acababan requiriendo aplastar la libertad. La imaginación que disfrutamos en el arte y la literatura puede producir tragedias políticas, y el gusto por la magia narrativa no debe justificar la barbarie pública.

Ha sido una vida rica y fértil, y ha producido una obra formidable. Volver a ella hará que nos sintamos un poco menos huérfanos.

Fuente: https://letraslibres.com

Por: Daniel Gascón

 

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CADENA DE CITAS

 

Podcast A Ciencia Cierta: Vida, Universo y Todo lo Demás

 

 

En este programa hablamos sobre hasta que punto la Ciencia y la Filosofía nos ayudan a responder a las grandes cuestiones. Aunque todos sabemos cuál es la respuesta. Con José Blanca, Vicent Picó y Cristian Saborido.

Fuente: A Ciencia Cierta  

 

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Podcast La Órbita De Endor: Reacher temporada 3

 

 

La Órbita de Endor vuelve a la serie protagonizada por Jack Reacher, este exagente de la policía militar que, viajando por los EEUU como un nómada, se encuentra con todo tipo de problemas que hay que resolver… a la fuerza. Eso sí, a pesar de ser un monstrenco musculado, el músculo más entrenado es su cerebro. REACHER vuelve a nuestro podcast en su temporada 3. Junto a Abel Rodríguez, Christian Presa y Antonio Runa, nos meteremos en líos en un programa sólo apto para fans de esta serie. 

Fuente: La Órbita De Endor    

 

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Libro: Cranford. Novelas eternas

 

 

Cranford de Elizabeth Gaskell, está ambientada en la pequeña ciudad inglesa de Cranford, la novela captura la vida cotidiana y las relaciones en una comunidad dominada por mujeres de edad avanzada, quienes defienden normas tradicionales mientras enfrentan cambios sociales y económicos. Con un enfoque en valores como la amistad, la compasión y el humor, Gaskell retrata las historias de personajes entrañables como la astuta Miss Matty Jenkyns. A través de episodios encantadores y conmovedores, la obra explora temas de clase, género y resiliencia, destacando el impacto de la revolución industrial en la tranquila vida provincial inglesa. Cranford es una celebración de la humanidad en lo cotidiano.

 

ELIZABETH GASKELL

(1810-1865) fue una destacada novelista y escritora británica del siglo XIX, conocida por sus novelas realistas y sociales que exploraban las complejidades de la vida en la Inglaterra victoriana. Nacida el 29 de septiembre de 1810 en Chelsea, Londres, como Elizabeth Cleghorn Stevenson, Gaskell se convirtió en una figura influyente en la literatura de su época y un testigo importante de los cambios sociales y económicos que se estaban produciendo en Inglaterra durante el siglo XIX.

A lo largo de su vida, Elizabeth Gaskell demostró una pasión por la escritura y la literatura. Se casó con William Gaskell, un ministro unitario, y comenzó a escribir para ayudar a financiar las actividades filantrópicas de su esposo. Su primera obra publicada fue Mary Barton en 1848, una novela que abordaba cuestiones sociales como las condiciones de trabajo en las fábricas y la lucha de la clase trabajadora en la Revolución Industrial.

Gaskell también es conocida por su obra Cranford (1851-1853), una novela que ofrece un retrato entrañable de la vida en un pequeño pueblo de Inglaterra, donde las costumbres y las relaciones sociales son el foco principal. Esta obra se caracteriza por su ironía y su habilidad para explorar las complejidades de las relaciones humanas en un contexto rural.

Sin embargo, quizás su obra más conocida sea Norte y Sur (1854-1855), una novela que aborda la división entre el norte industrializado y el sur agrario de Inglaterra, a través de los ojos de la protagonista, Margaret Hale. La obra analiza temas como la lucha de clases, la industrialización y los conflictos laborales, mientras presenta una historia de amor apasionada y conmovedora.

Además de su éxito como novelista, Elizabeth Gaskell también escribió biografías, incluyendo una famosa biografía de Charlotte Brontë, amiga íntima de Gaskell, después de la muerte de Charlotte. Su retrato de la vida y personalidad de Charlotte Brontë contribuyó significativamente a la comprensión y la admiración de la autora de Jane Eyre.

Trágicamente, Elizabeth Gaskell falleció a los 55 años el 12 de noviembre de 1865 debido a una insuficiencia cardíaca. Su legado en la literatura victoriana perdura hasta el día de hoy.

 

Autor(es): Elizabeth Gaskell

Editorial: Cranford Collection

Páginas: 

Tamaño: 16 x 24 cm.

Año: 2021

 

Libro: La piedra lunar. Vol. II. Grandes novelas de crimen y misterio

 


La Piedra Lunar, valiosa joya robada de un santuario hindú y de la que se cuentan toda clase de leyendas maléficas, llega a las manos de Raquel Verinder, heredera de un lord inglés, como regalo de cumpleaños. Sin embargo, después de la cena de celebración la gema desaparece. El sargento Cuff será el encargado de desentrañar una verdad que permanece oculta tras las diferentes versiones de los hechos que ofrece cada uno de los personajes implicados. Se la considera generalmente como la primera novela policial o detectivesca de Inglaterra. Inicialmente fue publicada serializada en la revista literaria semanal All the Year Round, fundada y dirigida por Charles Dickens, del 4 de enero al 8 de agosto de 1868. Ese mismo año apareció en formato de libro. Collins adaptó la novela como pieza teatral en 1877. En el curso del siglo XX fue objeto de tres adaptaciones para el cine y televisión. 

 

En ese retiro —una isla de Patmos en medio del rugiente océano papista circundante— ha llegado hasta mí, por fin, una carta de Inglaterra. He aquí que de pronto Mr. Franklin Blake se acuerda de mi insignificante existencia. Mi próspero, y ¡ojalá pudiera añadir mi espiritual pariente!, me escribe sin intentar siquiera disimular que lo que quiere de mí es un mero servicio. Se le ha antojado remover el deplorable y escandaloso asunto de la Piedra Lunar y debo yo auxiliarlo mediante el relato de lo que he presenciado durante mi estada en casa de tía Verinder, en Londres. Me ha ofrecido una remuneración pecuniaria, haciendo gala de esa carencia de sentimientos común entre los pudientes. Deberé, pues, reabrir las dolorosas heridas que el tiempo acaba apenas de cerrar; sacar a relucir los más tristes y dolorosos recuerdos…, y, luego de esto, sentirme compensada por una nueva laceración que adoptará la forma del cheque de Mr. Blake. Mi naturaleza es débil. Dura fue la lucha que hube de sostener conmigo misma, antes de que mi cristiana humildad se impusiese a mi pecaminoso orgullo y me obligase a aceptar abnegadamente el cheque.

Dudo que sin la ayuda de mi diario —¡y les pido perdón por expresarme en tan groseros términos!— hubiera podido ganarme honradamente ese dinero. Sólo él hará que se torne la jornalera (quien le perdone a Mr. Franklin el agravio que le ha inferido) digna de su salario.

Nada pasó inadvertido para mí durante el período en que estuve junto a mi querida tía Verinder. Cuanto ocurrió en ese entonces lo tengo registrado, gracias a mis precoces hábitos, día por día, fielmente; y habrá de ser narrado aquí en sus más mínimos detalles.

Mi devoto amor a la verdad se halla, gracias a Dios, muy por encima de mi respeto por las personas. Fácil habrá de serle a Mr. Blake eliminar de estas páginas todo aquello que considere poco lisonjero para la persona mayormente implicada en las mismas. Ha comprado mi tiempo, pero ni aun su dinero logrará sobornar mi conciencia.

Extracto del libro La piedra lunar. Vol. II.

 

WILKIE COLLINS

(8 de enero de 1824, Londres - 23 de septiembre de 1889, Londres) William Wilkie Collins fue un novelista, dramaturgo y ensayista inglés, iniciador de la novela de detectives. La primera obra de Collins fue una biografía de su padre, el pintor William Collins, un año después de su muerte, en 1848. A partir de ahí empezó a escribir ficción, y en 1851 conoció a Charles Dickens, con el que entabló una gran amistad que duró hasta la muerte de este último, basada en la mutua admiración y la colaboración. Las personas que estudiaron las vidas de ambos personajes coinciden en que ambos genios se influyeron mutuamente: Collins desarrolló su sentido del humor y afiló su talento para la caracterización de personajes; mientras que Dickens construyó tramas más sólidas y con mayor suspense. Dicha habilidad para el suspense y para la creación de atmósferas de misterio destaca en las obras maestras de Collins: La mujer de blanco, Sin nombre y La piedra lunar. En ellas, Collins estableció las bases de la novela detectivesca, de la que luego bebieron infinidad de autores, entre ellos Agatha Christie y Arthur Conan Doyle.

 

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Autor(es): Wilkie Collins

Editorial: Salvat

Páginas:

Tamaño: 17 x 24 cm.

Año: 2024

 

domingo, 13 de abril de 2025

Libro: El segundo libro de la selva. Historias maravillosas

 

 

Cómo llegó el miedo 

Bajó el caudal del arroyo, la laguna se secó, pero todavía somos camaradas vos y yo. 

Secas las fauces sedientas y polvorientos los flancos, uno tras otro caminan a través de los barrancos. Van pensando en la sequía, esa terrible amenaza, que los obliga a olvidarse inclusive de la caza. Oculto bajo su madre, el cervatillo asustado ve al lobo enjuto, famélico y, como él, acobardado. También el gamo contempla, sin asustarse por ello, los colmillos del que un día destrozó a su padre el cuello. Ha bajado la laguna, el arroyo se secó, pero todavía somos compañeros vos y yo. Esa nube soltará al fin el agua que lleva, y, sin la Tregua del Agua, volverá a haber caza nueva.

Primeros párrafos del libro El segundo libro de la selva

 

El rotundo éxito de El libro de la selva (1894), llevó al escritor Rudyard Kipling a publicar solo un año más tarde El segundo libro de la selva, una continuación de esta gran colección de relatos basado en la India. Las aventuras de Mowgli, el niño criado por una manada de lobos, y de todos los personajes clásicos que lo acompañan, como el oso Baloo, el tigre Shere Khan, la pitón Kaa o la pantera Bagheera, nos hacen soñar de nuevo con un mundo exótico tan lleno de maravillas como de peligros. Una de las grandes narraciones de todos los tiempos que ha cautivado a lectores de varias generaciones y que sigue fascinando por la belleza de sus descripciones y por el profundo amor y respeto que destila hacia la madre naturaleza.

 

RUDYARD KIPLING

(Bombay, 1865 - Londres, 1936) Narrador y poeta inglés, controvertido por sus ideas imperialistas y considerado uno de los más grandes cuentistas de la lengua inglesa. Pertenecía a una familia de origen inglés (su padre, John Lockwood Kipling, era pintor y superintendente del Museo de Lahore), y pasó en la India los primeros tiempos de su infancia. A los seis años fue enviado a Inglaterra, donde estudió en el United Services College de Westward Ho, en Devonshire, ambiente que luego describió en la novela Stalky C.

Vuelto en 1882 a la India, se dedicó al periodismo en calidad de subdirector de The Lahore Civil and Military Gazette y después, entre 1887 y 1889, de The Pioneer. A los veintiún años publicó su primer libro, Departmental Ditties (1866), colección de versos de circunstancias, y a los veintidós el primer volumen de narraciones, Cuentos simples de las colinas (1887), al que siguieron, en 1888-89, otros seis: Tres soldados, Bajo los cedros deodaras, El rickshaw fantasma, La historia de los Gadsby, En blanco y negro y El pequeño Guillermo Winkie.

En tales relatos, situados en el ambiente de la vida india según podía entenderla un inglés y escritos en un lenguaje directo y vigoroso que recuerda la jerga militar, Kipling reveló un agudo espíritu de observación, capacidad inventiva y una habilidad especial en la descripción de tipos característicos de oficiales y muchachos inspirados en la realidad inmediata. El estilo rápido y escueto, el tono rudo y frecuentemente cínico, y el crudo realismo que preanuncia los de Stephen Crane y Ernest Hemingway ofrecen un sabor de experiencia vivida, con matices de anécdota narrada bajo las tiendas de un campamento de soldados en el curso de las prolongadas velas nocturnas.

Luego de un largo viaje por el Japón y los Estados Unidos, que relató en una serie de cartas (Letters of marque) publicadas en The Pioneer y más tarde en los dos volúmenes de De mar a mar (1889), escribió otra serie de narraciones indias para The Macmillan's Magazine, reunidas luego en Peripecias de la vida (1891). En Inglaterra publicó también una colección de baladas, Canciones de cuartel (1892), que, junto con los versos siguientes de Siete mares (1896) y de Las cinco naciones (1903), inspirados en las épicas empresas de la estirpe anglosajona y en sus fieles centinelas esparcidos por todos los lugares de la Tierra, en su poderío industrial y colonial y en sus glorias marineras, hizo de Kipling el poeta del triunfante imperialismo británico de la época victoriana.

Luego de haber intentado sin demasiado éxito la novela en La luz que se apaga (1891), realizó otros largos viajes a Estados Unidos, Australia y Sudáfrica. En 1892 contrajo matrimonio con Caroline Starr Balestier, de Nueva York, y se estableció con ella en Battleboro, en Vermont, donde vivió cuatro años y compuso varias obras que revelan el influjo americano, singularmente el de Jack London, en la exaltación de la vida primitiva y del retorno a la naturaleza: Invenciones varias (1893), El libro de la jungla (1894), El segundo libro de la jungla (1895) y Capitanes intrépidos (1897).

En El libro de la jungla y su continuación presenta un mítico mundo animal, regulado por las férreas leyes de la fuerza, donde Mowgli, el cachorro humano, es acogido fraternalmente y encuentra de nuevo las huellas de una afinidad y una simpatía atávicas; se trata de la primera obra maestra de cuantas escribiera Kipling para muchachos. A ella siguieron más tarde Precisamente así. Historias para niños (1902) y las delicadas leyendas, llenas de "humour" y lirismo sutil, reunidas en Puck (1906) y Recompensas y hadas (1910).

Vuelto a Inglaterra en 1896 tras una disputa con su cuñado, Rudyard Kipling se estableció definitivamente en una localidad de Surrey, donde permaneció (excepto en el curso de un viaje a América y de otro realizado a Sudáfrica durante la guerra anglo-boer) hasta su muerte. En 1907 obtuvo el Premio Nobel y en 1926 la medalla de oro de la Royal Society of Literature. 

Sus últimas obras son colecciones de relatos y de textos diversos escritos con ocasión de la Primera Guerra Mundial. Las más importantes son Debits and Credit (1926) y Limite and Renewals (1932). La obra maestra de Kipling es Kim (1901), en la que a través del hilo conductor de las aventuras de un muchacho ofrece un cuadro clásico de los aspectos más pintorescos de la India. Así como la producción poética de nuestro autor ha perdido gran parte de su interés debido a su carácter excesivamente declamatorio y circunstancial, en sus textos narrativos, en cambio, se da todavía, como dijo Henry James, "la magia irresistible de los soles tórridos, de los imperios sometidos, de las religiones salvajes y de las guarniciones inquietas".

 

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Autor(es): Rudyard Kipling

Editorial: RBA

Páginas: 250 (+/-)

Tamaño: 14 x 18.5 cm 

Año: 2023

 

Podcast HistoCast 316: Marques de Villalobar, embajador en la tormenta de la IGM



Esto es HistoCast. No es Esparta pero casi. Nos toca hablar de una persona extraordinaria, Rodrigo Saavedra, Marques de Villalobar, que tuvo un papel fundamental en la I Guerra Mundial. Por ello tenemos con nosotros a dos descendientes suyos Diego Saavedra Silvela e Isabel Saavedra Silvela, acompañados por @cerveranavas y @goyix_salduero.

Fuente: HistoCast

 

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Libro: Drácula. Grandes novelas de aventura

 

 

La novela gótica Drácula narra la lucha contra el temible conde Drácula, un vampiro que busca expandir su influencia en Inglaterra. La historia comienza con Jonathan Harker, un abogado atrapado en el castillo del conde en Transilvania. A medida que Drácula llega a Inglaterra, Mina Murray, Lucy Westenra y otros personajes se ven afectados por sus siniestros planes. Con la ayuda del profesor Van Helsing, un grupo de héroes persigue al conde para detener su propagación del mal. La obra explora temas de sexualidad, ciencia y religión, cimentando la figura de Drácula como un ícono del terror literario.

 

A través de su lectura se verá cómo llegaron a ordenarse estos papeles. Eliminé toda cuestión innecesaria para que la historia, que no se adapta a creencias posteriores, pueda tomarse como un simple hecho. No hay posibilidad alguna de que la memoria pueda fallar, pues todos los documentos son absolutamente contemporáneos y reflejan los puntos de vista y el rango de conocimientos de quienes los escribieron.

I. Del diario de Jonathan Harker

Bistritz, 3 de mayo

Salí de Münich a las 8:35 de la noche del primero de mayo, llegué a Viena a la mañana siguiente, temprano; debí haber llegado a las seis cuarenta y seis; el tren llevaba una hora de retraso. Budapest parece un lugar maravilloso, a juzgar por lo poco que pude ver desde el tren y por la pequeña caminata que di por sus calles. Temí alejarme mucho de la estación, ya que, como habíamos llegado tarde, saldríamos lo más cerca posible de la hora fijada. La impresión que tuve fue que estábamos saliendo del oeste y entrando al este. Por el más occidental de los espléndidos puentes sobre el Danubio, que aquí es de gran anchura y profundidad, llegamos a los lugares en otro tiempo sujetos al dominio de los turcos.

Salimos con bastante buen tiempo, y era noche cerrada cuando llegamos a Klausenburg, donde pasé la noche en el hotel Royale. En la comida, o mejor dicho, en la cena, comí pollo preparado con pimentón rojo, que estaba muy sabroso, pero que me dio mucha sed. (Recordar obtener la receta para Mina). Le pregunté al camarero y me dijo que se llamaba paprika hendl, y que, como era un plato nacional, me sería muy fácil obtenerlo en cualquier lugar de los Cárpatos. Descubrí que mis escasos conocimientos del alemán me servían allí de mucho; de hecho, no sé cómo me las habría arreglado sin ellos.

Como dispuse de algún tiempo libre cuando estuve en Londres, visité el British Museum y estudié los libros y mapas de la biblioteca que se referían a Transilvania; se me había ocurrido que un previo conocimiento del país siempre sería de utilidad e importancia para tratar con un noble de la región. Descubrí que el distrito que él me había mencionado se encontraba en el extremo oriental del país, justamente en la frontera de tres estados: Transilvania, Moldavia y Bukovina, en el centro de los montes Cárpatos; una de las partes más salvajes y menos conocidas de Europa. No pude descubrir ningún mapa ni obra que arrojara luz sobre la exacta localización del castillo de Drácula, pues no hay mapas en este país que se puedan comparar en exactitud con los nuestros; pero descubrí que Bistritz, el pueblo de posta mencionado por el conde Drácula, era un lugar bastante conocido. Voy a incluir aquí algunas de mis notas, pues pueden refrescarme la memoria cuando le relate mis viajes a Mina.

Primeros párrafos del libro Drácula


BRAM STOKER

(Clontarf, Irlanda, 8 de noviembre de 1847-Londres, 20 de abril de 1912), popularmente conocido como Bram Stoker, fue un novelista y escritor irlandés, conocido por su novela de terror gótico Drácula (1897), un hito en la literatura vampírica. En vida fue más conocido como asistente del actor Henry Irving y como gerente comercial del Lyceum Theatre en el West End de Londres, propiedad de Irving. En su juventud, Stoker había trabajado como crítico teatral para un periódico irlandés y había escrito historias y comentarios. También disfrutaba viajando, en especial a la localidad costera escocesa de Cruden Bay, en la que ambientó dos de sus novelas y encontró inspiración para escribir Drácula. Murió el 20 de abril de 1912 debido a una ataxia locomotora y fue incinerado en el norte de Londres. Desde su muerte, su obra magna Drácula se ha convertido en una de las obras más conocidas de la literatura en lengua inglesa y ha sido adaptada en numerosas películas, cómics, juegos, cuentos y obras de teatro.

 

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Autor(es): Bram Stoker

Editorial: Salvat

Páginas: 

Tamaño: 13 x 20 cm.

Año: 2024

 

Libro: La princesa Izushi. La doncella de las gracias. Mitos y leyendas de Japón

 

 

La princesa Izushi es hija de una diosa y de Amenohiboko, descendiente del rey de Silla y líder de un próspero y poderoso clan. Posee una belleza tan fascinante que no se ve oscurecida ni siquiera cuando, vestida con las humildes ropas de faena, trabaja en los arrozales de Tajima. Pero lo que sobre todo distingue a Izushi es que ha sido agraciada con unos dones que le confieren un halo mágico: a través de un espejo es capaz de descubrir los secretos y las intenciones de los demás.

 

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Autor(es):

Editorial: RBA

Páginas: 120

Tamaño: 15,5 x 23 cm.

Año: 2024

 

Libro: Atlantis. El imperio perdido. Cuentos miniatura Disney

 

 

COLECCION CUENTOS MINIATURA DISNEY

Reúne las extraordinarias aventuras de tus personajes favoritos de Disney, un universo lleno de diversión que podrás compartir con los más pequeños de casa. Cuentos en Miniatura Disney es una colección exclusiva de minilibros que ilustran las increíbles aventuras de los más carismáticos del universo Disney a un tamaño sorprendente y repleto de detalles preciosos.  Cada cuento en miniatura relata e ilustra un clásico indispensable, decorado con bellas ornamentaciones e ilustraciones sensacionales.

 

ATLANTIS: EL IMPERIO PERDIDO

En "Atlantis: el imperio perdido", un joven cartógrafo y lingüista llamado Milo James Thatch recibe un misterioso diario que contiene claves para localizar la ciudad perdida de Atlantis. Con un equipo variado de exploradores, Milo es invitado para encontrarla. Enfrentando muchos peligros descubren una civilización avanzada. La aventura se convierte en una batalla por salvar a la ciudad de Atlantis y su gente, de quienes buscan robar el Cristal Madre, el Corazón de Atlantis.

 

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Macanudo (13-Abril-2025)

 

 

FuenteMacanudo

Macanudo es una serie de historietas que desde 2002 publica Liniers (Ricardo Siri) en el diario La Nación de Argentina. La historieta tuvo su génesis en Bonjour, que fue publicada en el suplemento NO de Página/12 desde 1999 hasta 2002.​ Actualmente se publica en el Diario Perú 21 en Perú y en el diario La Nación, gracias a haber sido presentada al editor del mismo por Maitena. Tras ello, el alcance de las historietas de Liniers se catapultó de modo que a 2014 ya existen diez libros publicados sobre Macanudo.​ El humor que caracteriza a la tira es fresco, inocente, inteligente y bizarro. Las tiras deben ser leídas con detenimiento hasta sus detalles, ya que en Macanudo como en el arte a veces hay que elegir entre entender o sentir. Macanudo es frecuentemente percibido como una puesta al día de Mafalda (de Quino) en los 60, por el tipo de humor y sobre todo por uno de sus personajes protagónicos, Enriqueta. En un chiste nombra a Mafalda, diciendo que fue su primer libro, y en una entrevista Liniers dijo que si hubiera sabido que los lectores iban a tomar a Enriqueta como una modernización de Mafalda, hubiera hecho a Enriqueta varón.

Olafo el Amargado (13-Abril-2025)

 


Fuente: Hagar the Horrible | By Chris Browne 

Hägar the Horrible —rebautizado en español como Olaf el vikingo u Olafo el Amargado— es una tira cómica creada por Dik Browne. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 la tira apareció en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idiomas.

viernes, 11 de abril de 2025

Podcast La ContraHistoria: El imperio de la porcelana

 

 

La porcelana china, codiciada desde tiempos antiguos fue durante siglos un símbolo de lujo y prestigio para reyes, sultanes, nobles y comerciantes. Su calidad, belleza y exclusividad la convirtieron en un tesoro muy apreciado por su blancura, su vidriado translúcido y sus colores luminosos. Pero hasta el siglo XVIII la fórmula para su fabricación era un secreto que los chinos guardaban celosamente. Fue entonces cuando un alquimista de la corte de Augusto II el Fuerte, elector de Sajonia y rey Polonia, descubrió unos depósitos de caolín cerca de la ciudad de Meissen y desveló el misterio de su composición.

Para los europeos de entonces era ya bien conocida. Las primeras descripciones detalladas se las debemos a Marco Polo, que, en su “Libro de las maravillas” la denominó “porcelana”, un término derivado de “porcello”, que también designaba a las conchas de cauri, cuyo aspecto evocaba a pequeños cerditos o “porcelli”. Estas conchas, usadas como dinero en algunos lugares de África y Asia, tenían un brillo similar al vidriado de la porcelana, lo que probablemente inspiró el nombre. Marco Polo alabó su belleza, describiendo los platos como “los más bellos que puedan verse”. Esto contribuyó de forma decisiva a su buena fama en Europa.

En China la cerámica era un arte mayor, especialmente durante la dinastía Song (960-1279). Los altos funcionarios imperiales, conocidos como "mandarines", coleccionaban y catalogaban las piezas de porcelana valorándolas por su elegancia, calidad técnica y simbolismo. Pero hasta tiempos de la dinastía Ming (1368-1644) no se empezó a exportar a Europa. La realeza y la aristocracia de esta parte del mundo se quedaron fascinados con ella. Su pasta blanca, el vidriado duro y los colores brillantes aplicados sobre o bajo el mismo vidriado, la convirtieron en un objeto exótico ideal para los gabinetes de curiosidades, espacios donde se exhibían rarezas de todo el mundo.

Monarcas europeos como Felipe II de España, María de Inglaterra, Augusto de Sajonia, Isabel de Farnesio y casi todos los sultanes otomanos fueron ávidos coleccionistas. En el Real Alcazar de Madrid Felipe II llegó a contar con la mayor colección de porcelana china de su época. Por desgracia se perdió en el incendio de 1734. No sucedió lo mismo con la colección otomana. En el palacio de Topkapi, en Estambul, aún se conserva una notable colección de porcelana china de incalculable valor artístico e histórico. Estas porcelanas no sólo eran ornamentales, representaban también estatus social y poder, de ahí que los monarcas las exhibiesen como trofeos que daban fe de su importancia y de lo ricos que eran.

Pero, a pesar de su prestigio, el proceso de fabricación de la porcelana era un enigma. En sus textos, Marco Polo desgranaba un método complejo, decía que la arcilla tenía que almacenarse durante 40 años antes de poder trabajarla. En 1516 un navegante portugués llamado Duarte Barbosa, escribió en su “Livro das Coisas do Oriente” que la porcelana se elaboraba con conchas y cáscaras de huevo formando una pasta que se enterraba durante 80 o 100 años antes de ser trabajada, pintada y vidriada. Estas descripciones alimentaron el mito y el misterio en torno a su producción, lo que incrementó su aura de exclusividad. Cuando se descubrió su secreto Europa se llenó de fábricas de porcelana, muchas patrocinadas por los reyes como la que Carlos III mandó levantar en los jardines del Buen Retiro en Madrid. Hoy las colecciones de porcelana de los monarcas europeos son muy admiradas y estudiadas por especialistas como nuestra invitada de hoy, Cinta Krahe, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid y seguramente la persona que más sabe de esto en España.  

Fuente: La ContraHistoria  

 

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