JOAN MARAGALL
Joan Maragall Gorina (Barcelona, 10 de octubre de 1860-íd., 20 de diciembre de 1911) fue un poeta español, considerado uno de los padres de la poesía catalana modernista. Su obra manuscrita se conserva en el Archivo Joan Maragall. Miembro de la intelectualidad de la Barcelona de la Renaixença, de la que había heredado el floralisme y el retoricismo, hizo una defensa de la espontaneidad y de la búsqueda de simplicidad lo que llegó a desarrollar en su «teoría de la palabra viva», con la que creó escuela. Hizo de su obra poética la vertiente literaria más conocida, aunque también destaca su importante producción en prosa, con más de 450 textos, entre artículos, ensayos, discursos, biografías y prólogos. Su actividad como periodista en el Diario de Barcelona y La Veu de Catalunya fue uno de los medios que le permitió proyectar una opinión que generó una importante influencia social. Tradujo a Goethe, Nietzsche y Novalis e introdujo así en Cataluña una buena parte de la poesía alemana. En la vertiente personal, Joan Maragall fue un hombre de raíces religiosas y una fuerte implicación política. Entre la Oda a España y el iberismo, su influencia siempre fue vigente en Cataluña de forma más o menos visible. Fue un personaje con múltiples contactos, con los que mantenía una extensa correspondencia de un interés que supera en mucho el hecho puramente anecdótico o biográfico. Uno de sus nietos es Pasqual Maragall, que fue alcalde de Barcelona y presidente de la Generalidad de Cataluña.
ELOGIO DEL VIVIR
Ama tu oficio,
tu vocación,
tu estrella,
aquello para lo que sirves,
aquello en que realmente,
eres uno entre los hombres,
esfuérzate en tu quehacer
como si de cada detalle que piensas,
de cada palabra que dices,
de cada pieza que colocas,
de cada martillazo que das,
dependiese la salvación de la humanidad.
Porque depende, créeme.
Si olvidándote de ti mismo
haces todo lo que puedes en tu trabajo,
haces más que el emperador que rige
automáticamente sus estados;
haces más que el que inventa teorías universales
sólo para satisfacer su vanidad,
haces más que el político, que el agitador,
que el que gobierna.
Puedes desdeñar todo esto
y el arreglo del mundo.
El mundo se arreglaría bien el solo,
sólo con que cada uno
cumpliera su deber con amor,
en su casa.
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