jueves, 26 de enero de 2012

Poeta 121: Alberto Hidalgo


ALBERTO HIDALGO




Nacido en Arequipa en 1897, Alberto Hidalgo cursó medicina en la Universidad de San Marcos. Luego abandonó sus estudios para dedicarse a la literatura y se convirtió en uno de los primeros latinoamericanos en abrazar las tendencias vanguardistas de la época. Participó en la revista Colónida, que comenzó a publicarse en 1916 y fue dirigida por Abraham Valdelomar. En sus primeros poemarios, como “Panoplia lírica” (1917), “Las voces de colores” (1918) y “Joyería” (1919), ya se advertía su carácter innovador frente a los convencionalismos de la época.

En 1919 se trasladó a Buenos Aires, donde pasaría el resto de su vida. Allí conoció a Jorge Luis Borges, Xul Solar, Ricardo Güiraldes, Oliverio Girondo y Macedonio Fernández, entre otros, al colaborar activamente las revistas Martín Fierro y Oral. En 1923 editó “Química del espíritu”, considerado junto a “Trilce” de César Vallejo como un texto clave en la vanguardia poética peruana. Luego llegarían “Simplismo” (1925) y “Descripción del cielo” (1928).

Su estancia en Buenos Aires, que lo acercó a grandes escritores e intelectuales, le permitió desarrollar su propio estilo literario, al que denominó como “simplismo” (al igual que al libro que publicó en 1925). Sus últimas obras, como “Cartas al Perú” (1957) y “Poesía inexpugnable” (1962), reflejan su compromiso con la justicia social y su llamado a la revolución. Hidalgo falleció en Buenos Aires en 1967, meses después de recibir el Gran Premio de Honor otorgado por la Fundación Argentina para la Poesía.

SEMÁFORO

Mejor es que los ojos como lámparas trémulas se apaguen
Que los sonidos sean transparentados a donde nunca se los
/oiga
Que no acepten el vuelo de los vocablos
Que no haya casos cuando yo poeme

Pido la cesantía de las buenas costumbres del lenguaje
La defunción de la gramática
El aniquilamiento del sentido doméstico en el canto
Exijo ausencias cuando yo poemo

Propugno el culto de la errata
El celeste relámpago de la equivocación
El juego mágico de malentendidos entre versistas y leyentes
Para que juntos poememos en perseveración de este prodigio

El poemar repuebla al tiempo
Acrecienta el espacio de perspectivas y alrededores
Y en tanto que se espacia poemando
Se tiempa para siempre quien poema

(De Espacio tiempo)

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