SI ...
A pesar de su corta historia (unos 60 años), la energía nuclear ha sido denostada como la creación más peligrosa de la humanidad. Sin embargo, tiene algunas ventajas medioambientales.
- Las centrales nucleares obtiene energía liberando la que hay en el interior de los enlaces de los núcleos atómicos (en vez de recurrir a una reacción química como la combustión), así que, en teoría, los productos de esa reacción deberían poder contenerse por completo. Eso significa que no se genera ningún tipo de contaminación, algo que no puede decirse del carbón y el gas.
- Como la energía nuclear no se obtiene a partir de combustibles fósiles, no produce CO2 ni ningún otro gas de efecto invernadero, por lo que es una alternativa energética que no contribuye al calentamiento global.
- La energía nuclear es una fuente de energía de probada eficacia, con cientos de instalaciones en funcionamiento en todo el mundo. Muy pocas fuentes de energía no fósiles son tan flexibles, y ninguna se ha puesto tanto a prueba.
PERO ...
Existe el concepto ideal de una fuente de energía, y luego está la realidad. Y la energía nuclear tiene graves desventajas desde un punto de vista medioambiental.
- Todas las reacciones nucleares generan residuos radiactivos. Esta radiactividad perdura miles de años y el coste de almacenar de manera segura este tipo de material durante tanto tiempo es algo que todavía está por determinar. Además, podría no ser posible "almacenar de manera segura" estos residuos, ya que un periodo de miles de años queda fuera del alcance de cualquier gobierno.
- Una tecnología similar a la utilizada para el desarrollo de reactores nucleares permite el desarrollo de armamento nuclear. Una guerra nuclear sería una gran tragedia humana, pero su capacidad de destrucción del medio ambiente sería potencialmente aún mayor.
- Por último, excluyendo la toxicidad catastrófica, son muchas las toxinas que limitan la capacidad humana de vivir una vida sana; muchos compuestos radiactivos limitan la capacidad reproductiva y acaban produciendo un colapso de todo el ecosistema. Sólo tenemos que fijarnos en las repercursiones de la catástrofe de Chernobil en 1986.
Páginas 50 y 51. El Guerrero Ecológico. Cómo proteger el planeta con sabiduría. Dominic Muren. Traducción de Pau Vidal Pons. Editorial Oceano Ambar. Barcelona, España - 2009.