martes, 5 de septiembre de 2017

Poeta 399: John Ashbery


JOHN ASHBERY

(Rochester, Nueva York; 28 de julio de 1927-Hudson, Nueva York; 3 de septiembre de 2017) fue un poeta, escritor, profesor universitario y periodista estadounidense, considerado el máximo exponente de la Escuela de Nueva York. Fue el poeta más importante de su nación hasta su muerte, así como el autor de poesía lírica más vendido en los Estados Unidos. El crítico Langdon Hammer, de la Universidad de Yale, escribió en 2008: «No hay figura tan grande en la poesía estadounidense en los últimos 50 años como John Ashbery» y «[n]ingún poeta estadounidense ha tenido un vocabulario más amplio, más diverso, ni Whitman, ni Pound». Stephen Burt, un poeta y profesor de Harvard, ha comparado a Ashbery con T. S. Eliot, llamándole «la última figura viva de la que la mitad de los poetas en idioma inglés piensan que es un gran modelo y la otra mitad lo cree incomprensible».

DÍA DE PRIMAVERA

La inmensa esperanza, y contención
Hacia fuera de la noche, a las veredas del día
Como aire respirado dentro de una ciudad de papel, exhalado
Como la noche regresa trayéndonos dudas

Que pululan al redor de la cabeza del durmiente
Pero son repelidos con garrotes y cuchillos, entonces la mañana
Instala nuevamente una esperanza fría
El aire que ayer fue, es lo que eres

En tantas etapas la cabeza se escurrió de la mano
Las lágrimas andan libremente, risas o sollozos:
¿Qué importancia tienen? Si es libre entregar y tomar
El cuerpo gigante relajado, sin embargo junto al arrollo

Despertar a la fuerza de esto y tener que reconocer
El dulcísimo secreto antes de que esto vire dentro de la vida-
Sorbido por tantos intercambios, arrancado del útero,
Desenterrado completamente antes de morir  -y arcadas

Es un pecho ancho de montaña. “Ellos se han hecho
esperar,
Los otros, y poco les importo que lo hicieron lento
Casi nada. Ellos fueros dados por muertos,
Sus nombres honorablemente injertados en el paisaje

Para ser memoria de los hombres. Hasta hoy
Nosotros hemos estado viviendo en su caparazón
Ahora estallamos como un rio abriéndose camino en una presa,
Pausando sobre la perpleja, y asustada llanura

Y nuestro próximo avance será terrible,
Torneando cuchillos frescos en las heridas
En ese abismo recreado, lienzo que se desnuda
Como tan real como el tráfico y el ruido del día”

La montaña paró de sacudirse; su cuerpo
Arqueado contra su propia contradicción, es placer,
Tan lejos de nosotros las luces fueron apagadas, memorias de chicos y
chicas

Quienes caminaron aquí antes del gran cambio,

Antes de que el aire nos refleje,
Tomando forma opuesta a nuestro esfuerzo,
Su inseparable comentario y corolario
Pero fundiéndonos más y más a fondo.

Qué – qué pasó? Tú estás con
El naranjo, entonces, esto es lo que produce el verano
Puede volver a donde lo hicimos mal, para escurrir suavemente
Dentro de la historia, si lo quiere. Una página pasada; éramos

Justo ahora forcejeando en el viento de su colosal muerte.
Y si es jueves o el día es tormentoso,
Con rayos y lluvia o las aves se atacan unas a otras,
Nosotros hemos rodado en otro sueño.

No sirve cargar las barreras de ese otro:
No existe más. Pero tú,
Cosa graciosa y en desarrollo, con esas hojas como estrellas,
Pronto te daremos toda nuestra atención.

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