miércoles, 16 de agosto de 2017

Poeta 396: Beatriz Russo


BETRIZ RUSSO

(Madrid-España, 1971). Estudió filología hispánica y una maestría en la enseñanza del español como lengua extranjera. A su vez, es traductora del italiano, inglés y francés. Ha publicado en poesía En la salud y en la enfermedad (2004), La prisión delicada (2007), Universos Paralelos (2009), Aprendizaje (2010), Los huecos de la lluvia (2010) y Nocturno insecto (2014); y en narrativa ha escrito las novelas La versión de Eva y La montaña rusa.
 
NO HAY QUE OLVIDARSE

No hay que perder el hábito,
no hay que olvidarse, amar es obligatorio,
es un deber fisiológico,
amar para que los ojos no se nos den la vuelta
de mirarnos el ombligo,
amar para que nuestros brazos no se queden
raquíticos de no abrazar,
o amar para que por los suelos
no se arrastren caídos,
amar para que no se desgaste la misma mano
y llegar al fondo de la cuestión.

No hay que olvidarse, amar es obligatorio,
es un deber profiláctico,
amar para prevenir la hipocondría,
amar sanando el dolor ajeno,
amar para que fluya la corriente
y no se nos queden los líquidos estancos,
amar para entrenar al corazón
y subirle los biorritmos.

No hay que olvidarse, amar es obligatorio,
es un deber dialectológico,
amar para aumentar el vocabulario,
y traer antónimos, para que el odio y sus sinónimos
no sean mayoría,
amar para que el músculo de la lengua
no quede anquilosado,
amar para segregar saliva y pronunciar mejor
las consonantes bilabiales,
o amar para llevarles la contraria.
Pero repito, no hay que olvidarse
Pero repito, no hay que olvidarse,
amar es obligatorio, es un deber evolutivo,
amar para preservar la especie humana
de tener los ojos blancos, muñón de brazos
o manos descalzas,
amar, al fin y al cabo, para que siga viva la leyenda
de que una vez amamos los humanos.

 

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