"El administrador le entregó la correspondencia. Metió el resto en el saco y lo volvió a cerrar. El médico se dispuso a leer dos cartas personales. Pero antes de romper los sobres miró al coronel. Luego miró al administrador.
- ¿Nada para el coronel?
El coronel sintió el terror. El administrador se echó el saco al hombro, bajó el andén y respondió sin volver la cabeza:
- El coronel no tiene quien le escriba".
Página 32. El coronel no tiene quien le escriba. Gabriel García Márquez. Alianza Editorial. Madrid, España - 1995.