El 24 de agosto del año 79, la ardiente lava del Vesubio, al solidificarse no solo selló para siempre Herculano, sinó que capturó también la vida de sus habitantes tal y como esta se desarrollaba en el siglo I d.C., y la preservó durante cerca de diecisiete siglos .
CONTENIDO
- Abrasada por la lava
- Ocio y negocio
- El frente marítimo
- La palestra
- El decumano máximo
- La curia augustana
- Un teatro bajo tierra
- Las termas
- El termopolio
- De Alcubierre a David W. Packard
- Vida privada
- La casa del Relieve de Télefo
- La casa del Tabique de madera
- La casa de Neptuno y Anfitrite
- La villa de los Papiros
- Apéndices
HERCULANO
(en italiano, Ercolano) fue una antigua ciudad romana de la región de la Campania, sur de Italia. En su tiempo era más pequeña, pero sus más mundanos comerciantes y mercaderes eran más ricos, cultos e intelectuales que la élite de la vecina Pompeya. Fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco, junto con Pompeya y otros yacimientos arqueológicos de la zona, en 1997.
Es conocida por haberse conservado, al igual que Pompeya, enterrada en las cenizas de la erupción del volcán Vesubio del 24 de agosto del año 79 d. C. Muchos de sus habitantes perecieron debido al flujo piroclástico de la erupción. Como la ciudad estaba más cerca del volcán que Pompeya, el flujo piroclástico la alcanzó a una temperatura superior, estimada en 400-500°C, por lo que las víctimas fueron reducidas al instante a esqueletos abrasados, mientras que en Pompeya, por el contrario, la ceniza se endureció alrededor de los cuerpos que conservaron la carne, que al pudrirse dejaba la forma hueca; desde 1860 empezaron a rellenarlas con yeso para crear los famosos moldes. Como Pompeya, Herculano desapareció en el olvido bajo una capa de 25 m de ceniza por más de un milenio.
En 1709 Emmanuel Mauricio de Lorena, Duque de Elbeuf, mientras construía su residencia en la costa de Portici, oyó hablar de un hombre que había descubierto mármoles y columnas antiguas mientras cavaba un pozo en la cercana ciudad de Resina. El duque compró su granja y comenzó a cavar pozos y galerías subterráneas y excavó estatuas, columnas y mármoles que utilizó para su residencia de Portici, que también regaló a sus amigos, familiares y monarcas de toda Europa.
Las excavaciones, realizadas por Roque Joaquín de Alcubierre (Zaragoza, 16 de agosto de 1702 - Nápoles, 14 de marzo de 1780) comenzaron en la actual Ercolano, un suburbio de Nápoles, en 1738. La elaborada publicación de Le Antichità di Ercolano Esposte ("Las antigüedades de Herculano expuestas") bajo el patrocinio del rey Carlos V de las Dos Sicilias tuvo un importante efecto en el incipiente neoclasicismo europeo. A finales del siglo XVIII comenzaron a descubrirse en Herculano una gran diversidad de objetos, como pinturas murales, trípodes, braseros, estatuas de bronce, botellas de perfume y cerámica.
Se encontraron en 1980 cientos de esqueletos de habitantes que se habían refugiado en los cobertizos para barcas. Estas excavaciones realizadas en el área del puerto de Herculano permitieron hallar más de 200 esqueletos de diversas edades y condición social. La más famosa de las lujosas villas herculanas es la Villa de los Papiros, identificada como el fastuoso retiro con vistas al mar que Lucio Calpurnio Pisón Cesonino, suegro de Julio César, mandó construir.
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Autor(es): National Geographic
Editorial: National Geographic
Páginas: 96
Tamaño: 22 x 29 cm.
Año: 2017