A los pies del monte Parnaso, en el ombligo del mundo, fue erigido el santuario de Delfos. Durante siglos gente de todos los rincones de Grecia acudieron al templo de Apolo para consultar el oráculo, donde el dios daba respuesta a las inquietudes de los mortales por bocas de la pitonisa.
CONTENIDO
- El ombligo del mundo
- El santuario de Apolo
- El templo de Apolo
- El oráculo de Delfos
- El tesoro de los atenienses
- La Grande Fouille de Delfos
- El tesoro de los sifnios
- El teatro
- La marmaria
- El templo viejo de Atenea
- El tholos
- Una sociedad competitiva
- El gimnasio
DELFOS
(en griego Δελφοί, Delfoi, latín Delphi) es un yacimiento arqueológico —declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1987— y una moderna ciudad de Grecia. En épocas antiguas era el lugar del oráculo de Delfos, dentro de un templo dedicado al dios Apolo. Delfos era reverenciado en todo el mundo griego como el lugar del ónfalos o centro del universo.
Fue una ciudad de Fócida, a un lado del monte Parnaso y al otro lado de Cirfis. Delfos se ubica en una meseta en la ladera meridional del monte Parnaso, adyacente al santuario de Apolo, el lugar del oráculo. Esta proyección semicircular se llama Fedríades Phaedriades, es decir, las Resplandecientes. Son unas peñas altísimas que se llaman, respectivamente, la Flemboukos (la Flameante) y la Rhodini (la Roja) por los vivos reflejos que arranca de ella el sol.
Frente al santuario se abre el estrecho valle del río Pleistos. La ciudad de Delfos estaba en medio de las dos estribaciones montañosas y los antiguos comparaban su posición con un teatro. Hoy está cercana la ciudad de Kastri. A unos 15 km al sudoeste de Delfos está el puerto de Cirra, en el golfo de Corinto.
La ondulada llanura de Crisa, cubierta de verdes olivos, que se extiende entre Delfos y el no lejano golfo de Corinto, contrasta con el paisaje severo y agreste del santuario. Aquí se encuentra la carretera que lleva de la Grecia oriental al mar Jónico, y la que desde el norte conduce a Itea y el Peloponeso.
La ciudad era casi inaccessible, pero tenía tres caminos que llevaban a ella: uno desde Beocia llamado Skiste, al este, y dos más al oeste desde Anfisa y desde Crisa. Los peregrinos que venían de Cirra lo hacían por el tercer camino.
El único lado de la ciudad no defendido por accidentes naturales era el sur, donde se había construido una muralla. La ciudad era pequeña y no tenía más de 3 km de circuito. El templo estaba bajo la ciudad junto a las rocas Fedríades, en medio de les construcciones sagradas o recinto del templo, recinto circundado por una muralla y atravesado por la vía sagrada, flanqueada de los edificios de los tesoros (tesaurus) de los pueblos vinculados al oráculo; la vía sagrada llegaba al templo, hexástilo de orden dórico, y daba entrada a un recinto subterráneo donde, delante del ónfalos, la Pitia después de beber agua de la fuente Castalia, hacía su profecía en medio de emanaciones gaseosas que salían de una hendidura de la roca.
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Autor(es): National Geographic
Editorial: National Geographic
Páginas: 96
Tamaño: 22 x 29 cm.
Año: 2017