Desde el Inca Garcilaso, primer escritor mestizo de América, no hubo un claro heredero de sus virtudes para indagar los inicios de nuestro devenir histórico, hasta la aparición en el siglo XX de Raul Porras Barrenechea.
Con el manejo riguroso de fuentes y un estilo florido (en la herencia garcilasiana, como lo hace notar Carlos Aranibar) publico artículos y ensayos que hicieron tradición de historia viva de una nación en formación.
Luis Loayza ha señalado, además, con meridiana precisión que “En Raul Porras Barrenechea, como en todos los verdaderos escritores, la forma no se distingue del fondo. Escribir bien no fue para él recurrir a unas cuantas técnicas que hicieran más grata la lectura sino algo inseparable de su labor de historiador. Léase el retrato de Rodrigo Orgoñez, tratamiento literario de un personaje y presentación histórica impecable, páginas que son buena historia porque son buena literatura […] El estilo, arma del conocimiento“.
Pizarro, el fundador debió ser la piedra angular del legado historiográfico de Porras, pero sus múltiples ocupaciones en la vida universitaria, política, diplomática y de incansable investigador en archivos nacionales y extranjeros, no le dieron tregua para culminar la obra que más atesoraba, a la cual dedicó 25 años. Asimismo debemos destacar la resistencia de Raúl Porras en hacer pública esta investigación, porque en sus últimos años, como lo destaca el historiador y discípulo de Porras, Miguel Maticorena Estrada, respecto a estos plagios que sufrían sus hallazgos: “Más que los datos plagian la estructura del ensayo en forma escandalosa [,,,]; sin ni siquiera mencionarlo”.
La aparición de este libro, aunque inconcluso, no pierde valor, por el contrario, adquiere una vigencia cardinal, pues el personaje histórico que aborda es polémico, desde las noticias que ofrecen las crónicas de la Conquista hasta nuestros días.
Una copia del manuscrito de este libro estuvo najo la custodia del doctor Edmundo Bendezú Aibar, alumno del Seminario de Historia que Raúl Porras dictaba en la Facultad de Letras de la Universidad Mayoy de San Marcos, quien lo ha cedido a la Universidad Ricardo Palma para conocimiento de historiadores e interesados de todas las latitudes.
- Presentación. Iván Rodríguez Chávez
- Prólogo. Edmundo Bendezú Aibar
- Introducción
- De la zarza al mar del sur
- Las primeras empresas
- El primer viaje hacia el Perú
- El segundo viaje
- El tercer viaje
- La primera ciudad
- De San Miguel a Cajamarca
- Cajamarca
- El Inca prisionero
- El proceso del Inca
- La marcha de Cajamarca al Cuzco
- El oro del Coricancha (1534)
- El rey de la Mar del Sur
- Jauja, capital mítica (1534)
- La fundación de Lima (1535)
- Nueva Castilla y Nueva Toledo
- Bibliografía
- Índice Onomástico
- Índice Toponímico
RAÚL PORRAS BARRENECHEA
(Pisco, 1897-Lima 1960) es considerado uno de los pensadores peruanos fundamentales del siglo XX. Historiador, ensayista, abogado, diplomático y político, realizó sus estudios en el Colegio La Recoleta y en la Universidad Nacional de San Marcos de 1912 a 1919, donde ejercería la docencia la mayor parte de su vida, iniciándose como docente en la cátedra de lengua castellana y de Historia del Perú. Fue asimismo profesor de historia en diversos colegios de Lima y tuvo también a su cargo la cátedra de historia en la Pontificia Universidad Católica, en la Academia Diplomática y en el Instituto de Urbanismo de la Universidad Nacional de Ingeniería. En 1919 fue parte del movimiento que propuso la Reforma Universitaria en la de San Marcos inspirado en el "Grito de Córdoba" de 1918. Fundó el Conversatorio Universitario junto a Jorge Guillermo Leguía, Luis Alberto Sánchez, entre otros jóvenes intelectuales de la época, una agrupación destinada a congregar a los investigadores del tema de la independencia del Perú, de donde el nombre de Generación del Centenario con que se conoce desde entonces a los estudiosos pertenecientes a la generación de Porras. Diplomático de carrera, fue el fundador y primer director del Archivo de Límites de la Cancillería. Entre 1936 y 1938 fue Ministro Plenipotenciario ante la Sociedad de Naciones, que más tarde evolucionaría en la Organización de las Naciones Unidas. Posteriormente se desempeñó como Embajador en España, llegando a culminar su carrera como Ministro de Relaciones Exteriores, cargo que ejerció entre 1958 hasta pocas semanas antes de su fallecimiento en 1960. Como político, fue elegido en 1956 Senador por Lima llegando a ocupar la presidencia de la Cámara Alta del parlamento nacional.
MÁS INFORMACIÓN
- Libro: La Lima que encontró Pizarro
- Cita DVIII: ¿Por qué Pizarro eligió el valle de Lima para fundar la capital del naciente virreinato?
- Video 453: Gonzalo Pizarro y la gran rebelión de los encomenderos
Autor(es): Raúl Porras Barrenechea
Editorial: Universidad Ricardo Palma
Páginas: 584
Tamaño: 18 x 25 cm.
Año: 2016
