JOSÉ DE LA TORRE UGARTE Y ALARCÓN MANRIQUE
(Ica, Perú, 19 de marzo de 1786 - Trujillo, Perú, 1 de septiembre de 1831) fue un jurista y compositor peruano. Era hijo de Estanislao de la Torre Ugarte y García Guerrero y de
Mercedes Alarcón Manrique y Nestares. Una vez concluidos sus estudios
escolares en el colegio, actualmente llamado San Luis Gonzaga de Ica, pasó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la cual regentó la carrera de Artes entre 1809 y 1812; ya graduado de bachiller en cánones, se le autorizó efectuar la práctica forense en 1810,
en el estudio de Antonio Bedoya, pero su examen final quedó diferido
cuando este falleció, a pesar de tener luego otros maestros.
Fue uno de los convocados por el Cabildo de Lima para decidir por la independencia del Perú, firmando el Acta de la Independencia el 15 de julio de 1821.1 Durante el gobierno de José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete,
fue nombrado oficial mayor del Ministerio de Guerra en 1821. Se
trasladó a Trujillo en 1823, salvándose de ser fusilado por orden de Simón Bolívar, gracias a la intervención del mariscal Antonio Gutiérrez de la Fuente. Fue graduado como coronel, y en Trujillo fue vocal de la corte superior en mayo de 1830. Se casó en 1812, en San Jerónimo de Ica, con Manuela Valdivieso y Rizo de la Prada, con quien tuvo tres hijos.
Fue autor de la letra del Himno Nacional, cuya música compuso José Bernardo Alcedo. También escribió la letra de la canción patriótica "La Chicha", con música de Alcedo. Se tituló, tardíamente, de abogado. Se desempeñó asimismo como auditor de guerra (1827) y vocal de la Corte Superior (1830). Murió en Trujillo en 1831.
JOSÉ BERNARDO ALCEDO RETUERTO
(Lima, 20 de agosto de 1798 — 28 de diciembre de 1878) fue un compositor peruano, tal vez el más importante del siglo XIX. Hijo del médico cirujano José Isidro Alcedo y la mulata libre Rosa
Retuerto, estudió música en el Convento de San Agustín, donde fue alumno
de los sacerdotes Cipriano Aguilar y Pascual Neves. A los 18 años,
compuso su obra Misa en Re Mayor. En 1807, vistió el hábito de hermano dominico y asumió la enseñanza de los niños coristas del Convento de Santo Domingo.
En 1821, participó en el concurso que convocó Don José de San Martín para elegir el Himno Nacional del Perú. Su composición musical resultó vencedora, junto a la letra del abogado y poeta iqueño José de la Torre Ugarte. Por este tiempo también compuso una famosa canción popular titulada La chicha con letra del mismo Torre Ugarte. Viajó a Chile en 1822, donde siguió dedicándose a la música. En 1833, ingresó al coro de la Catedral de Santiago, donde fue Maestro durante 18 años. Fue uno de los fundadores, junto a Isidora Zegers Montenegro y Francisco Oliva, del Semanario Musical, la primera publicación periódica sobre música en Chile. de José Zapiola Cortés
en Memoria Chilena Regresó en 1864 a Lima, donde compuso muchas
canciones religiosas y patrióticas, entre las que destacan Canción a la batalla de Ayacucho y el Dos de Mayo. También escribió el libro Filosofía elemental de la música (1869).
HIMNO NACIONAL DEL PERÚ
Coro
¡Somos libres! ¡seámoslo siempre!
Y antes niegue sus luces el Sol,
Que faltemos al voto solemne
Que la Patria al Eterno elevó.
Estrofa I
Largo tiempo el peruano oprimido
La ominosa cadena arrastró
Condenado a una cruel servidumbre,
Largo tiempo en silencio gimió.
Mas apenas el grito sagrado:
¡Libertad! en sus costas se oyó,
La indolencia de esclavo sacude,
La humillada cerviz levantó.
Estrofa II
Ya el estruendo de roncas cadenas
Que escucharon tres siglos de horror
De los libres, al grito sagrado
Que oyó atónito el mundo, cesó.
Por doquier San Martín inflamado,
¡Libertad! ¡libertad! pronunció:
Y meciendo su base los Andes,
La enunciaron también a una voz.
Estrofa III
Con su influjo los pueblos despiertan
Y cual rayo, corrió la opinión,
Desde el Istmo a las tierras del fuego
Desde el fuego a la helada región.
Todos juran romper el enlace,
Que Natura a ambos mundos negó,
Y quebrar ese cetro que España
Reclinaba orgullosa en los dos.
Estrofa IV
Lima, cumple su voto solemne,
Y severa su enojo mostró,
Al tirano potente lanzando,
Que intentaba alargar su opresión.
A su esfuerzo, saltaron los hierros
Y los surcos que en sí reparó
Le atizaron el odio y venganza
Que heredó de su Inca y Señor.
Estrofa V
Compatriotas, no más verla esclava
Si humillada tres siglos gimió,
Para siempre jurémosla libre,
Manteniendo su propio esplendor
Nuestros brazos, hasta hoy desarmados,
Estén siempre cebando el cañón,
Que algún día las playas de Iberia,
Sentirán de su estruendo el terror.
Estrofa VI
Excitemos los celos de España
Pues presiente con mengua y furor
Que en concurso de grandes naciones
Nuestra patria entrará en parangón.
En la lista que de estas se forme
Llenaremos primero el renglón,
Que el tirano ambicioso Iberino,
Que la América toda asoló.
Estrofa VII
En su cima los Andes sostengan
La bandera o pendón bicolor,
Que a los siglos anuncie el esfuerzo
Que ser libres, por siempre nos dio.
A su sombra vivamos tranquilos,
Y al nacer por sus cumbres el Sol,
Renovemos el gran juramento
Que rendimos al Dios de Jacob.