Por si acaso, ésta frase de prevención, de advertencia, como si algo fuera a pasar bueno o malo.
Lleva este saco y otro par de medias, por si acaso hace frio.
Acá tienes una sándwiches por si acaso tienes hambre.
Por si acaso, lleva un poco más de ropa en tu viaje, pueda ser que la necesites.
Vas a realizar un viaje y como es la primera vez que lo haces no sabes muy bien lo que llevaras. Viajaras por varios días, llevas lo necesario según tus cálculos, de repente te dicen que por si acaso llueve, por si acaso hace calor, por si acaso se ensucia, lleva un par de zapatos extras, lleva saco y corbata no sabes quién te invitara…etc. Terminas con dos maletas bien pesadas en lugar de la que originalmente planificaste. A cargar con ellas, si eres joven tal vez no te importe pero si los años te acompañan será más trabajoso lidiar con ese peso.
“Antonio ya no se para dónde va tu comentario”, estarás pensando, te pido amigo lector que sigas y me acompañes líneas más abajo.
Ahora entro en detalles con la siguiente analogía. El viaje a realizar es tu vida, la maleta es el trayecto y lo que vas metiendo en ella, es todo lo que sucede en tu vida. Por ejemplo, sepamos a quienes tenemos por amigos, si son de esos que te “cargan” con sus problemas, actitudes negativas, inseguridades, tu maleta se hace más pesada y tú tienes que cargar con tus cosas personales y además cargar con lo de los demás, libera esa carga.
No pequemos de inexpertos haciendo la maleta para nuestro viaje, lleva lo necesario e indispensable, que el camino no se haga pesado por la carga extra que debes de soportar porque no supiste “hacer bien tu maleta”, o por el “por si acaso”.
Los que viajan con frecuencia saben exactamente lo que deben de llevar, por el tiempo y motivo del viaje. Haz lo mismo, selecciona amigos que te ayuden a llevar tu maleta y si ellos deciden poner parte de tus problemas en su propia maleta, acéptalo, lo que se hace y recibe recíprocamente nos hace mejores.
Si nosotros sabemos lo que queremos y planificamos correctamente nuestras acciones futuras y sobretodo estamos seguros de ello, no tenemos que andar con el socorrido “por si acaso”.
Realicemos el viaje de nuestra vida ligeros de equipaje, así tendremos tiempo de apreciar las pequeñas maravillas que nos ofrece, diariamente.
Lleva este saco y otro par de medias, por si acaso hace frio.
Acá tienes una sándwiches por si acaso tienes hambre.
Por si acaso, lleva un poco más de ropa en tu viaje, pueda ser que la necesites.
Vas a realizar un viaje y como es la primera vez que lo haces no sabes muy bien lo que llevaras. Viajaras por varios días, llevas lo necesario según tus cálculos, de repente te dicen que por si acaso llueve, por si acaso hace calor, por si acaso se ensucia, lleva un par de zapatos extras, lleva saco y corbata no sabes quién te invitara…etc. Terminas con dos maletas bien pesadas en lugar de la que originalmente planificaste. A cargar con ellas, si eres joven tal vez no te importe pero si los años te acompañan será más trabajoso lidiar con ese peso.
“Antonio ya no se para dónde va tu comentario”, estarás pensando, te pido amigo lector que sigas y me acompañes líneas más abajo.
Ahora entro en detalles con la siguiente analogía. El viaje a realizar es tu vida, la maleta es el trayecto y lo que vas metiendo en ella, es todo lo que sucede en tu vida. Por ejemplo, sepamos a quienes tenemos por amigos, si son de esos que te “cargan” con sus problemas, actitudes negativas, inseguridades, tu maleta se hace más pesada y tú tienes que cargar con tus cosas personales y además cargar con lo de los demás, libera esa carga.
No pequemos de inexpertos haciendo la maleta para nuestro viaje, lleva lo necesario e indispensable, que el camino no se haga pesado por la carga extra que debes de soportar porque no supiste “hacer bien tu maleta”, o por el “por si acaso”.
Los que viajan con frecuencia saben exactamente lo que deben de llevar, por el tiempo y motivo del viaje. Haz lo mismo, selecciona amigos que te ayuden a llevar tu maleta y si ellos deciden poner parte de tus problemas en su propia maleta, acéptalo, lo que se hace y recibe recíprocamente nos hace mejores.
Si nosotros sabemos lo que queremos y planificamos correctamente nuestras acciones futuras y sobretodo estamos seguros de ello, no tenemos que andar con el socorrido “por si acaso”.
Realicemos el viaje de nuestra vida ligeros de equipaje, así tendremos tiempo de apreciar las pequeñas maravillas que nos ofrece, diariamente.
Antonio Tomasio. Autor de los libsro Uno (Yo) y Mi hijo, mi maestro. Escríbe a atomasio@antoniotomasio.com con tus preguntas o sugerencias o visita la página www.antoniotomasio.com