jueves, 1 de marzo de 2012

Poeta 126: Elizabeth Bishop


ELIZABETH BISHOP 




(EEUU, 1911-1979) Artista y poetisa estadounidense cuyos cuadros y dibujos se caracterizan por la descripción fría y realista de la figura humana. Aunque en sus primeras obras, de la década de 1920, se aprecia cierta influencia del cubismo y demás estilos geométricos, su obra de madurez es más cercana a la Ashcan School de comienzos de 1900 y a las escenas callejeras de Reginald Marsh. Sus cuadros sobre la vida en la ciudad de Nueva York son sencillos, de marcado realismo y demuestran un dominio absoluto del dibujo. Una de sus obras más famosas es Esperando (1935, Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York): sus trazos rápidos y expresivos, su maestría de líneas y la agudeza de contrastes tonales recuerdan los dibujos de los viejos maestros del siglo XVII..


Fuente: EPDLP.


EL PEZ

Cacé  un tremendo pez.
y lo sostuve  mitad fuera del agua
al costado del bote,
con mi anzuelo clavado
en una esquina de su boca.
No peleó
No tenía que hacerlo después de todo.
Colgado, gruñía pesadamente.
Espasmódico, venerable
y sin atractivo. Aquí y allá
su piel marrón colgaba en tiras,
al igual que empapelado antiguo.
Y su figura marrón oscura
era como empapelado
con aspecto semejante al de rosas todas rendidas
y descoloridas por el transcurso de las edades.
Era un percebe* salpicado;
fina roseta de lima
e  infestada
con un pequeño  y blanco piojo de mar.
Y debajo dos o tres
retazos de yuyo verde colgando
mientras  sus branquias –las aterrorizadas branquias-
respiraban  el terrible oxígeno,
con sangre fresca y crujiente
que podía cortarlo tan mal.
Pensé en la blanca y  áspera carne
comprimida como plumas.
Los grandes huesos y los pequeños huesos;
los dramáticos rojos y negros
de sus brillantes vísceras
y el rosado  saco membranoso
como una gran peonía.**
Lo miré a los ojos
que estaban  tan grandes como los míos,
pero debilitados y amarillentos...
Los iris apoyados y  empaquetados
con descolorida aleación,
buscaban a través  de las lentes
de vieja micas raspadas.
--Esto se pareció más al titilar
de un objeto cuando refleja la luz.
Admiré  su cara malhumorada;
el mecanismo de su mandíbula.
Y entonces vi
su pequeño labio.
Podrías llamarlo un labio
rígido, húmedo y parecido a un arma.
Cuatro o cinco piezas viejas
Colgando de la línea de pesca
y un cable guía con el pívot adjunto
a sus cinco grandes ganchos que
crecían firmemente en su boca.
Una línea verde peleando hasta que al final
donde él se quebró en dos líneas pesadas
y un delgado hilo negro
permaneció enredado por el esfuerzo y el chasquido
cuando se quebró para dejarlo escapar.
Como medallas con sus cintas
luchando y moviéndose,
una barba con cinco pelos de  sabiduría
que se arrastraba desde su dolorida mandíbula.
Lo observé y observé.
Y la victoria llenó
el pequeño bote alquilado,
desde la pileta de la sentina
donde el arco iris del  aceite estaba derramado
alrededor del  motor oxidado,
hasta la oxidante carga de naranjas.
El sol atravesaba y partía con sus cuerdas
las horquillas de la borda –Antes que todo
fue el arco iris arcos iris arco iris
Y dejé a los peces ir.

 

THE FISH

I caught a tremendous fish
and held him beside the boat
half out of water, with my hook
fast in a corner of his mouth.
He didn't fight.
He hadn't fought at all.
He hung a grunting weight,
battered and venerable
and homely. Here and there
his brown skin hung in strips
like ancient wallpaper,
and its pattern of darker brown
was like wallpaper:
shapes like full-blown roses
stained and lost through age.
He was speckled and barnacles,
fine rosettes of lime,
and infested
with tiny white sea-lice,
and underneath two or three
rags of green weed hung down.
While his gills were breathing in
the terrible oxygen
--the frightening gills,
fresh and crisp with blood,
that can cut so badly--
I thought of the coarse white flesh
packed in like feathers,
the big bones and the little bones,
the dramatic reds and blacks
of his shiny entrails,
and the pink swim-bladder
like a big peony.
I looked into his eyes
which were far larger than mine
but shallower, and yellowed,
the irises backed and packed
with tarnished tinfoil
seen through the lenses
of old scratched isinglass.
They shifted a little, but not
to return my stare.
--It was more like the tipping
of an object toward the light.
I admired his sullen face,
the mechanism of his jaw,
and then I saw
that from his lower lip
.--if you could call it a lip
grim, wet, and weaponlike,
hung five old pieces of fish-line,
or four and a wire leader
with the swivel still attached,
with all their five big hooks
grown firmly in his mouth.
A green line, frayed at the end
where he broke it, two heavier lines,
and a fine black thread
still crimped from the strain and snap
when it broke and he got away.
Like medals with their ribbons
frayed and wavering,
a five-haired beard of wisdom
trailing from his aching jaw.
I stared and stared
and victory filled up
the little rented boat,
from the pool of bilge
where oil had spread a rainbow
around the rusted engine
to the bailer rusted orange,
the sun-cracked thwarts,
the oarlocks on their strings,
the gunnels--until everything
was rainbow, rainbow, rainbow!
And I let the fish go.

 

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