La biofísica es una especialidad científica surgida de la unión de conocimientos no solo de la física y la biología, sino también de la química, la medicina, la fisiología y la ingeniería, entre otras disciplinas, para responder a preguntas sobre los seres vivos. Este esfuerzo de cooperación ha permitido la comprensión de fenómenos tales como el funcionamiento celular, la percepción sensorial y la propagación de los impulsos nerviosos. Además, también tiene sus raíces en la biofísica el dominio de técnicas imprescindibles para mejorar nuestra calidad de vida, como son, entre otras, la fabricación de prótesis y el tratamiento contra el cáncer.
¿QUÉ ESTUDIA LA BIOFÍSICA?
La biofísica es una ciencia que combina el carácter teórico de la física con el espíritu experimental de la biología para entender mejor a los seres vivos.
Básicamente, la biofísica examina la vida en todos sus niveles, desde las moléculas hasta las células y los organismos más complejos, pero siguiendo los principios y métodos de la física para describir su comportamiento. Intenta comprender el ámbito físico de la vida, por lo que implica la exploración de fenómenos como la bioelectricidad, la bioluminiscencia o el biomagnetismo.
De hecho, la biofísica ha generado diferentes áreas de estudio. La biomecánica, por ejemplo, analiza los procesos del cuerpo humano para comprender la aplicación de las fuerzas internas y externas, mientras que la bioacústica estudia la producción de ondas sonoras en el mundo animal.
¿PARA QUÉ SIRVE LA BIOFÍSICA?
SUS APLICACIONES PRÁCTICAS
La biofísica permite replantearse las fronteras tradicionales entre la materia inorgánica y la vida orgánica, ya que ambos mundos están sometidos a la influencia de las fuerzas fundamentales de la física. Por tanto, esta disciplina aporta una visión más completa de la vida y ayuda a entender mejor sus diferencias con la materia inanimada. No obstante, las implicaciones de la biofísica van más allá del nivel teórico. Los biofísicos tienen una formación muy amplia en física, matemáticas, química y biología, de manera que estudian desde cómo se comunican las células nerviosas hasta la manera en que las células vegetales captan la luz y la transforman en energía.
Esta disciplina ha contribuido a grandes avances en la tecnología médica. Técnicas diagnósticas como la imagen por resonancia magnética nuclear y la tomografía por emisión de positrones no existirían sin las contribuciones de la biofísica. De hecho, también se encuentra detrás de los marcapasos y los cardiógrafos, ya que explica el uso de la electricidad en la contracción muscular y los impulsos nerviosos.
Disciplinas como la microbiofísica, por ejemplo, han permitido comprender la estructura de las moléculas de ADN, facilitando su secuenciación y análisis. Los biofísicos también participan en el desarrollo de modelos de simulación por ordenador para observar y manipular las formas y estructuras de las proteínas, los virus y otras moléculas complejas, una información esencial para el desarrollo de nuevos fármacos y tratamientos médicos.
Además, la biofísica desempeña un papel protagónico en campos como la bioingeniería, la nanotecnología y los biomateriales. Los descubrimientos biofísicos son la base para diseñar mejores prótesis y nanomateriales optimizados que puedan administrar los fármacos para incrementar la eficacia terapéutica.
Fuente: https://universidadeuropea.com
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Autor(es): Miguel Antonio Cortés Giraldo es profesor de Física Atómica, Molecular y Nuclear en la Universidad de Sevilla
Editorial: RBA
Páginas: 156
Tamaño: 16 x 23,5 cm