La neumonía es una enfermedad infecciosa y que puede llegar a ser muy grave, pero en algunos casos se puede prevenir.
1. Deja el tabaco. Está científicamente demostrado que el abandono del hábito tabáquico previene la neumonía, pues el tabaco daña la capacidad del pulmón para combatir la infección. También los fumadores pasivos sufren mayor riesgo de contraerla, por lo que es conveniente no exponerse al humo de los cigarrillos. Dejar de fumar es la primera medida preventiva contra esta patología.
2. Vacúnate contra la gripe. Es aconsejable que cada otoño se vacunen de la gripe los colectivos que tienen un mayor riesgo: las personas mayores, los pacientes con enfermedades crónicas o los profesionales sanitarios en contacto con los pacientes entre otros. Esta vacuna, que ha de administrarse anualmente siguiendo las recomendaciones y las cepas que notifican la Organización Mundial de la Salud (OMS), no protege totalmente contra la gripe, pero sí hace más difícil contraerla durante los seis meses siguientes a su aplicación.
3. Vacúnate contra el neumococo. Es el microorganismo que con mayor frecuencia causa la neumonía bacteriana, por lo que vacunarse contra él previene con eficacia esta enfermedad. La vacuna está indicada para los mayores de 65 años y personas de alto riesgo (con enfermedades crónicas o deficiencias inmunológicas) mayores de 2 años y se recomienda la revacunación en las personas mayores de 65 años si han transcurrido al menos 8 años de la primera vacunación.
4. Acude inmediatamente al médico ante los primeros síntomas. La neumonía puede tratarse y curarse, pero también, llegar a ser una enfermedad grave y, en ocasiones, mortal. Especialmente la población de riesgo debe prestar atención a los síntomas y no esperar para ir al médico. En ningún caso, debemos automedicarnos.
5. Sigue fielmente el tratamiento prescrito por el especialista. Sobre todo en el caso de los antibióticos, no hay que pasar por alto ninguna dosis, y tomar el medicamento hasta que se termine, incluso aunque empecemos a sentirse mejor. A no ser que el médico los prescriba, no tomaremos antitusivos ni medicamentos para el resfriado.
6. Nutre tus defensas. Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales, tanto de los adultos como de los niños. En el caso de los menores, la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida además de prevenir eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad. Y para todos, un estilo de vida sano, con una dieta equilibrada, la práctica de ejercicio y un suficiente descanso contribuye a hacernos más resistentes a las infecciones.
7. Ambiente bajo control. También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía corrigiendo factores ambientales como la contaminación del aire interior (por ejemplo, evitando fumar dentro de la casa) y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados.
8. Cuida tu higiene. Es muy importante que nos lavemos las manos con frecuencia, sobre todo antes de cocinar, después de sonarnos la nariz, de ir al baño, cambiar el pañal a un bebé o estar en contacto con personas enfermas, con lo que evitaremos introducir microorganismos nocivos en nuestro organismo al llevarnos las manos a la nariz o a la boca. También debemos cubrirnos la boca al toser o al estornudar, poniéndonos un pañuelo desechable o la parte interior del codo, mejor que con la mano.
9. Intenta no progagar la enfermedad. Si vas a visitar a un enfermo que tenga neumonía en el ámbito hospitalario es necesario seguir las normativas establecidas por el hospital para evitar propagar la enfermedad o aumentar el riesgo de la persona enferma. Así, si te recomiendan usar mascarilla o lavarte las manos al entrar o salir de la habitación, sigue las recomendaciones. Y en el caso de que seas tú el enfermo, limita lo máximo posible el contacto con otras personas.
10. Ten paciencia. La curación de esta enfermedad puede ser lenta. Aproximadamente el 70% de los pacientes se encontrarán asintomáticos a los 10 días y presentarán una resolución radiológica a los 30 días del diagnóstico. Pero en los que no sea así, se realizarán nuevas pruebas y estudios complementarios.
Fuente: https://cinfasalud.cinfa.com
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