Una noche de 1899, mientras trabajaba en su laboratorio, el ingeniero e inventor serbocroata Nikola Tesla detectó unas débiles señales en su receptor de radio procedentes del espacio, que sugerían un código numérico implícito: Uno, dos, tres… Eran tiempos en los que Percival Lowell creía ver en la superficie de Marte toda una red de canales de origen artificial, mientras que la novela “La guerra de los mundos” de Herbert George Wells se popularizaba rápidamente. Así que no es extraño que Tesla creyera que procedían de Marte, y que todo aquello podía ser la prueba inequívoca de la existencia de una inteligencia alienígena… ¿Había ALGUIEN ahí fuera intentando contactar con nosotros?
Fuente: Planetario de Madrid oficial
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