Fuente: https://www.nytimes.com
Durante
miles de años, la historia de los filisteos ha sido contada desde la
perspectiva de sus enemigos, como los antiguos egipcios, babilonios,
asirios y los escritores de la Biblia hebrea (que describieron la
derrota de Goliat, el poderoso guerrero filisteo, a manos de David).
Aunque
queda muy poco de las historias de los filisteos relatadas por ellos
mismos, el ADN antiguo de esqueletos de la Edad de Bronce y la Edad de
Hierro descubiertos en las ruinas que rodean la ciudad portuaria de
Ascalón, en Israel, proporciona pistas acerca de los orígenes
misteriosos de este pueblo que desapareció hace mucho tiempo.
Un
equipo de arqueólogos y genetistas que ha pasado mas de 30 años
excavando la ciudad recuperó, por primera vez, información genética de
diez esqueletos de Ascalón de entre 3600 y 2800 años de antigüedad,
aproximadamente.
Sus
análisis sugieren que los filisteos de principios de la Edad de Hierro
compartieron cierta herencia genética con los cazadores-recolectores del
sur de Europa del periodo Mesolítico, o Edad de Piedra. Eso aporta
evidencia genética a la idea de que personas que migraron hacia el este
desde el Mediterráneo navegaron hasta las costas del Levante y
contribuyeron al inicio del pueblo filisteo.
Estos descubrimientos se publicaron el 3 de julio en la revista Science Advances.
Los
arqueólogos se han preguntado desde hace mucho tiempo acerca de los
orígenes de los filisteos, quienes se cree que se establecieron en el
Levante aproximadamente en el siglo XXII a. C. y que vivieron ahí hasta
su destrucción a manos de los babilonios en el año 604 a. C. La Biblia
hebrea menciona que provenían de “Caftor”, que algunos arqueólogos creen
que podría haber estado ubicada en lo que actualmente es Creta, aunque
algunas interpretaciones modernas de los textos egipcios antiguos
sugieren que eran el pueblo de los “peleset”, unos invasores marítimos
relacionados con un grupo conocido como los “pueblos del mar”.
A
partir de estos textos y otros restos arqueológicos, algunos
científicos e historiadores han argumentado que la aparición de los
filisteos fue el resultado de una migración en masa de un territorio
específico, como Chipre o Anatolia, mientras que otros afirman que
llegaron de distintos lugares del Mediterráneo. No obstante, otros han
argumentado que los filisteos siempre estuvieron en el Levante y algunos
más han sugerido incluso que eran piratas.
“Ahora
por fin tenemos pruebas directas para sustentar esta idea clave: ¿De
dónde venían los filisteos?”, comentó Daniel Master, director de la
expedición Leon Levy a Ascalón. “Vinieron de fuera de esta región,
llegaron del oeste, a través del Mediterráneo”.
La
pista genética que llevó a Master y a sus colegas a su conclusión se
encontró en el ADN recolectado de los cráneos de cuatro niños de
principios de la Edad de Hierro enterrados debajo de los pisos de sus
casas de finales del siglo XXII a. C. en Ascalón. Master afirmó que,
debido a las condiciones en las que fueron enterrados, lo más probable
era que los niños, sin ningún parentesco entre sí, fueran filisteos
nacidos en Ascalón y no inmigrantes.
Sus
colegas hicieron un análisis al ADN antiguo y descubrieron material
genético europeo, lo que indica que los ancestros inmediatos de los
niños pudieron haber llegado de algún lugar del sur de Europa.
Los
investigadores aseguran que no podrían señalar todavía específicamente
si estas personas llegaron de Grecia, Cerdeña, Creta o algún otro lugar.
“De
alguna manera logramos acotarlo al sur de Europa, pero en este momento
estamos muy limitados por la cantidad de poblaciones de referencia que
tenemos, pues hay muchas lagunas en la geografía y el tiempo”, comentó
Michal Feldman, estudiante de posgrado en el Instituto Max Planck de
Ciencias de la Historia Humana en Alemania y autora principal del
estudio.
El
equipo también recuperó ADN de tres cuerpos de individuos de la Edad de
Bronce encontrados en un antiguo cementerio de Ascalón, quienes
probablemente vivieron ahí antes que los filisteos y que fueron datados
con radiocarbono en el periodo entre 1746 y 1542 a. C, aproximadamente.
Estos cuerpos no mostraron la misma firma genética derivada de Europa
que se vio en los niños, lo cual le da al equipo una comparación
genética entre las personas de Ascalón de finales de la Edad de Bronce y
las de la Edad de Hierro, cuando hubo un notorio cambio cultural.
En
los siglos posteriores, la mezcla de la población redujo la firma
genética del sur de Europa en la población filistea, pero la identidad
del grupo como filisteos siguió siendo clara en los textos antiguos.
Se
encontró evidencia de este proceso en ADN extraído de tres esqueletos
filisteos de un cementerio de finales de la Edad de Hierro,
aproximadamente de los siglos X y IX a. C. En estos tres adultos, los
investigadores no encontraron los mismos marcadores genéticos europeos
que vieron en los niños. No obstante, las condiciones del entierro
evidenciaron que tanto los niños de principios de la Edad de Hierro como
los adultos de finales de la misma pertenecían a la cultura filistea,
de acuerdo con el equipo.
“Lo
que más me sorprendió fue ver que doscientos años más tarde esta marca
europea desapareció casi por completo”, afirmó Feldman.
Dijo
que el descubrimiento indica que después de llegar al Levante, quienes
tenían esta firma genética europea se mezclaron con la población local,
lo cual provocó que con el tiempo se diluyera en la población levantina.
“Se trata de una pizca de migración que tuvo un efecto genético de muy corto plazo, pero un efecto cultural de largo plazo”.
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