El viaje de Zhang Qian hacia Asia central
La posibilidad de establecer una ruta comercial por el sudoeste de China se materializó en el siglo II a.C., cuando reinaba la dinastía Han occidental, y se basó en una política de alianzas que llevaría a los enviados del emperador Wu hasta las puertas de los reinos helenísticos de Oriente. Al parecer, fueron los caballos los que despertaron la querencia del soberano Wu, de la dinastía Han occidental, que comprendió que el poder militar de los barbaros del oeste reposaba en los cascos de sus fuertes monturas. Los suyos eran lentos, ineptos en la guerra. Los exploradores de Wu descubrieron las fértiles llanuras de Asia central con grandes caballerías. Y emprendieron camino a través de montañas y desiertos hacia China, Bactriana, Sogdiana, Persia y Caldea. Es probable que el enviado imperial Zhang Qian, delegado por el emperador, llegara hasta Bactriana y las fronteras de Partia. Se ha especulado por la posibilidad de que se entrevistaron con enviados del rey Mitriades II de Partia hacia finales del siglo II a.C. En el mundo antiguo la seda era un lujoso misterio, salvo para los chinos, que la producían desde tiempos remotos. En un primer momento la nueva ruta llevaba hasta Antioquia, y de allí a Bizancio, donde esperaba la flota veneciana. Luego se desarrollaron los circuitos terrestres: Siria-Turquía-Cáucaso y los centros de distribución en las ciudades que rodean la planicie Uzbeka: Jiva, Samarcanda y Bujara. Además de caballos, China importaba oro, plata, gemas, tinturas, cristal, perfumes, y paños, y con la seda traía pieles, especies, bronce, jade, cerámica, tintas, laca y objetos de hierro forjado.
El Imperio de Alejandro. Páginas 138. Historia National Geographic. The National Geographic Society. Barcelona, España - 2013.
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