Hoy es Nochebuena y mañana Navidad, así dice parte de la letra del villancico del mismo nombre, y me maravillo que hoy jueves se publica mi columna, coincide con las fechas de estas fiestas.
Cada país, cultura, y por ende cada familia tiene sus propias costumbres para celebrar estas fiestas, ya sea con respecto, al lugar, la comida, bebida, los regalos, con quién se pasa, todo es un ritual personal, familiar y social. Que si llegan familiares de fuera del país o es la primera vez que un matrimonio joven decide pasar solos su Navidad y dar inicio a sus propias costumbres y tradiciones, sobre todo si viven lejos de las familias de ambos.
Los que vivimos en el hemisferio sur pasamos las Navidades en verano y por ello nos choca ver a un Papá Noel abrigado, pero como no cuestionamos nada, lo aceptamos como es, tampoco tenemos renos, ni trineos que funcionan perfectamente donde hay nieve, especialmente en Rovaniemi, Finlandia ciudad cercana al círculo polar ártico donde originalmente vive Papá Noel.
Tradicionalmente en estas fiestas se acostumbra a entregar regalos, sería muy extenso y complicado de explicar, por qué se intercambian regalos en Navidad y no es el propósito de ésta columna. Pero cuando lo hagamos, entreguemos regalos con amor y no caigamos en el espiral materialista, hagámoslo porque sabemos que al hacerlo crearas alegría a quien lo das, que sean estos honestos y desinteresados. En España por ejemplo, es con la llegada de los Reyes Magos, el 6 de enero cuando se entregan los regalos, donde se hace alusión a los regalos que llevaron los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Sea cual sea la costumbre adoptada por una familia o grupo, estará influenciada por sus integrantes y si alguien nuevo llega se adaptará o también puede agregar algunas experiencias personales, que puedan ser aceptadas o no por sus integrantes.
Celebremos estas Navidades, para que nos traigan buenos y cálidos recuerdos, que nos acerquen y unan con todos los que participamos. Contribuyamos en complicidad en la elaboración de alguna sorpresa para beneficio del resto, que se distribuyan las tareas y responsabilidades, así todos estarán y se sentirán involucrados. Cuando grupalmente contribuimos a la alegría y éxito de la Navidad, creamos un momento inolvidable, que permanecerá gratamente en nuestra memoria. Como la elaboración de una buena comida, toma tiempo, así también debemos de dedicar tiempo y anticipación a esta gran fiesta familiar, sobre todo con amor transformado en acciones y entregado desinteresadamente.
En un mundo actual en donde todo tiene una descripción o etiqueta, pues nosotros desde aquí decimos:
“Que el espíritu de generosidad que despiertan éstas fiestas, perdure en el corazón de los hombres y mujeres, que la transformación experimentada contribuya para que vivamos en un mundo de paz y amor fomentado por nosotros”.
¡Feliz Navidad!
Cada país, cultura, y por ende cada familia tiene sus propias costumbres para celebrar estas fiestas, ya sea con respecto, al lugar, la comida, bebida, los regalos, con quién se pasa, todo es un ritual personal, familiar y social. Que si llegan familiares de fuera del país o es la primera vez que un matrimonio joven decide pasar solos su Navidad y dar inicio a sus propias costumbres y tradiciones, sobre todo si viven lejos de las familias de ambos.
Los que vivimos en el hemisferio sur pasamos las Navidades en verano y por ello nos choca ver a un Papá Noel abrigado, pero como no cuestionamos nada, lo aceptamos como es, tampoco tenemos renos, ni trineos que funcionan perfectamente donde hay nieve, especialmente en Rovaniemi, Finlandia ciudad cercana al círculo polar ártico donde originalmente vive Papá Noel.
Tradicionalmente en estas fiestas se acostumbra a entregar regalos, sería muy extenso y complicado de explicar, por qué se intercambian regalos en Navidad y no es el propósito de ésta columna. Pero cuando lo hagamos, entreguemos regalos con amor y no caigamos en el espiral materialista, hagámoslo porque sabemos que al hacerlo crearas alegría a quien lo das, que sean estos honestos y desinteresados. En España por ejemplo, es con la llegada de los Reyes Magos, el 6 de enero cuando se entregan los regalos, donde se hace alusión a los regalos que llevaron los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar.
Sea cual sea la costumbre adoptada por una familia o grupo, estará influenciada por sus integrantes y si alguien nuevo llega se adaptará o también puede agregar algunas experiencias personales, que puedan ser aceptadas o no por sus integrantes.
Celebremos estas Navidades, para que nos traigan buenos y cálidos recuerdos, que nos acerquen y unan con todos los que participamos. Contribuyamos en complicidad en la elaboración de alguna sorpresa para beneficio del resto, que se distribuyan las tareas y responsabilidades, así todos estarán y se sentirán involucrados. Cuando grupalmente contribuimos a la alegría y éxito de la Navidad, creamos un momento inolvidable, que permanecerá gratamente en nuestra memoria. Como la elaboración de una buena comida, toma tiempo, así también debemos de dedicar tiempo y anticipación a esta gran fiesta familiar, sobre todo con amor transformado en acciones y entregado desinteresadamente.
En un mundo actual en donde todo tiene una descripción o etiqueta, pues nosotros desde aquí decimos:
“Que el espíritu de generosidad que despiertan éstas fiestas, perdure en el corazón de los hombres y mujeres, que la transformación experimentada contribuya para que vivamos en un mundo de paz y amor fomentado por nosotros”.
¡Feliz Navidad!
Antonio Tomasio. Autor de los libros Uno (Yo) y Mi hijo, mi maestro. Escríbe a atomasio@antoniotomasio.com con tus preguntas o sugerencias o visita la página http://www.antoniotomasio.com
