Aprendamos a aceptar y superar nuestros miedos, así viviremos en plena libertad.
Hace poco todos leímos sobre Patricia, si sobre el huracán que llevaba ese nombre. He vivido en República Dominicana por varios años y sé lo que es un huracán. Así como los movimientos telúricos tienen sus escalas para medirlos, así también los huracanes. Recibir una clasificación de 5, que es la máxima que se le puede asignar, es aterrador. Para que se hagan una idea, el huracán Katrina de 2005, fue de categoría 5, si aquel que ocasiono tanto daño a Estados Unidos, tanto fue, para que se recuerde y asocie con destrucción y desolación solicitaron que no se vuelva usar ese nombre para designar otro huracán en el futuro. Por ello Katrina es sinónimo de caos, destrucción, desolación, etc. todo resumido en una palabra.
La diferencia entre los dos fenómenos naturales, huracanes y terremotos, es que para uno podemos tomar prevenciones, el segundo por su naturaleza es impredecible. Nuestra reacción a uno u otro es diferente, ya que cuando se sabe que uno está en la ruta de un huracán se previene y se toman medidas, la más extrema es evacuar y así preservar las vidas humanas. En cambio los que vivimos en zonas sísmicas sabemos que en cualquier momento puede ocurrir un terremoto de forma imprevista. Y así la forma como manifestamos nuestro miedo.
Admitir que tenemos miedo ante otras personas es tener coraje. Decir que no tenemos o no sentimos miedo ante un hecho que nos afecte nuestra seguridad, no es normal.
Afrontar y superar nuestros miedos, es ser valiente.
Los miedos que podamos sentir no son necesariamente cuando presentimos algo anormal o que no hará daño físicamente.
El miedo dicen los especialistas solo se da en la mente. Es en nuestra mente que creamos el miedo. Ya sea a lo conocido o desconocido. Miedo a lo desconocido lo creamos en nuestra mente, nos ponemos limitaciones y actuamos de forma equivocada por miedo, por ejemplo, el miedo a la primera entrevista de trabajo, miedo a la primera cita.
El que acumula cosas materiales tiene miedo a perderlo. Quien no está atado a cargas materiales, estará libre. Otros tendrán miedo a perder a su pareja, al amor de su vida, ese miedo pueda llevar a comportamientos extremos que realmente hagan perder esa relación. Situaciones como las mencionadas desarrollan en nosotros miedos y ellos suelen trabajar en contra nuestra.
Tener miedo a Dios, o lo que dicen es una persona temerosa de Dios, yo creo que nadie debe tener miedo de Dios, el mismo proclama el amor por lo tanto es infundado ese miedo, creado y desarrollado. Solo se tendría miedo si sabemos que hemos hecho algo en contra a sus mandatos.
Todos perderemos la vida, en algún momento, pero si estamos pensando en ello constantemente, no viviremos a plenitud, disfrutando de las maravillas que la vida ofrece.
Aprendamos a aceptar y superar nuestros miedos, así viviremos en plena libertad.
La diferencia entre los dos fenómenos naturales, huracanes y terremotos, es que para uno podemos tomar prevenciones, el segundo por su naturaleza es impredecible. Nuestra reacción a uno u otro es diferente, ya que cuando se sabe que uno está en la ruta de un huracán se previene y se toman medidas, la más extrema es evacuar y así preservar las vidas humanas. En cambio los que vivimos en zonas sísmicas sabemos que en cualquier momento puede ocurrir un terremoto de forma imprevista. Y así la forma como manifestamos nuestro miedo.
Admitir que tenemos miedo ante otras personas es tener coraje. Decir que no tenemos o no sentimos miedo ante un hecho que nos afecte nuestra seguridad, no es normal.
Afrontar y superar nuestros miedos, es ser valiente.
Los miedos que podamos sentir no son necesariamente cuando presentimos algo anormal o que no hará daño físicamente.
El miedo dicen los especialistas solo se da en la mente. Es en nuestra mente que creamos el miedo. Ya sea a lo conocido o desconocido. Miedo a lo desconocido lo creamos en nuestra mente, nos ponemos limitaciones y actuamos de forma equivocada por miedo, por ejemplo, el miedo a la primera entrevista de trabajo, miedo a la primera cita.
El que acumula cosas materiales tiene miedo a perderlo. Quien no está atado a cargas materiales, estará libre. Otros tendrán miedo a perder a su pareja, al amor de su vida, ese miedo pueda llevar a comportamientos extremos que realmente hagan perder esa relación. Situaciones como las mencionadas desarrollan en nosotros miedos y ellos suelen trabajar en contra nuestra.
Tener miedo a Dios, o lo que dicen es una persona temerosa de Dios, yo creo que nadie debe tener miedo de Dios, el mismo proclama el amor por lo tanto es infundado ese miedo, creado y desarrollado. Solo se tendría miedo si sabemos que hemos hecho algo en contra a sus mandatos.
Todos perderemos la vida, en algún momento, pero si estamos pensando en ello constantemente, no viviremos a plenitud, disfrutando de las maravillas que la vida ofrece.
Aprendamos a aceptar y superar nuestros miedos, así viviremos en plena libertad.
Antonio Tomasio. Autor de los libros Uno (Yo) y Mi hijo, mi maestro. Escríbe a atomasio@antoniotomasio.com con tus preguntas o sugerencias o visita la página http://www.antoniotomasio.com