FRANÇOIS VILLON
- François de Montcorbier - (Francia, 1431-1463) Poeta francés considerado en opinión de muchos especialistas como el poeta lírico más destacado, por la belleza y originalidad de su poesía y su extraordinario poder evocativo. Villon, acaso el primero de los que más tarde se llamarían 'poetas malditos', nació en París o en sus proximidades, alrededor de 1431. Se cree que su verdadero nombre era François de Montcorbier o François des Loges. Sin embargo, adoptó el nombre de Villon como señal de gratitud hacia su mecenas, Guillaume de Villon, un capellán y profesor de Derecho Canónico. Mientras obtenía su licenciatura en Artes (1449) y más tarde su doctorado (1452), en la Universidad de la Sorbona, Villon participó activamente en la agitada vida académica de la época. En 1455 mató a un sacerdote en una pelea callejera. Un año más tarde fue sorprendido cuando robaba 500 coronas en la capilla del Colegio de Navarra de París, delito por el que fue desterrado. En el curso de los cuatro años siguientes (1456-1460) Villon vagó por toda Francia. En 1461 fue arrestado por orden del obispo de Orléans y encarcelado en la torre de Meung. Sin embargo, al cabo de unos meses, tanto Villon como los demás prisioneros recibieron el perdón de Luis XI. Villon regresó a París en 1462, pero no tardó en verse envuelto de nuevo en graves problemas. Fue detenido por su presencia en una reyerta y condenado a muerte. Un año más tarde, su sentencia fue conmutada por el destierro. A partir de este momento no se dispone de información sobre sus actividades. Su gran mérito como poeta reside en la subjetividad de su poesía. Villon expresaba sus sentimientos con ingenuidad, ya fuesen buenos o malos, y la franqueza con que hablaba de sí mismo lo llevó a hablar de otros con idéntica franqueza. Sus poemas ofrecen así un retrato vivo y por lo general fiable de su época. Entre sus principales escritos están Los Lais, también conocidos como El pequeño testamento (1456), y El gran testamento (1461). Ambos poemas están escritos en estrofas de ocho versos octosilábicos. El gran testamento, en el que relata con ironía y sinceridad su propia vida de vagabundo, además de la vida en general, está basado en el horror que Villon experimentaba ante la enfermedad, la prisión y la vejez, así como su miedo a la muerte. Esta obra contiene algunas baladas y rondeaux. Entre las obras menores de Villon cabe reseñar una media docena de poemas escritos en la jerga de los delincuentes.
BALADA DE LOS PROVERBIOS
Tanto se rasca la cabra, que se daña;
tanto va el cántaro a la fuente, que se rompe;
tanto se calienta el hierro, que se pone al rojo;
tanto se golpea, que se parte;
tanto vale el hombre, cuanto se le precia,
tanto se aleja, que lo olvidan,
tan malo es, que se le desprecia,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto habla uno, que se contradice;
tanto vale buena fama como un favor conseguido;
tanto promete uno, que se desdice;
tanto se suplica, que la cosa se adquiere,
tanto es más querida, cuanto es más buscada,
tanto se busca, que se encuentra,
tanto es más frecuente, cuanto menos deseada,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se quiere al perro, que se le da de comer;
tanto corre la canción, que la aprenden;
tanto se guarda la fruta, que se pudre;
tanto sé hostiga una plaza, que es conquistada;
tanto se tarda, que fracasa la empresa;
tanto se precipita,que sobreviene un mal;
tanto se aprieta, que cae la presa,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se bromea, que ya no se causa risa;
tanto se gasta, que no se tiene camisa;
tanto es uno generoso, que todo se lo gasta;
tanto vale toma, como una cosa prometida;
tanto se ama a Dios, que se sigue a la Iglesia;
tanto se da, que conviene pedir prestado;
tanto se vuelve el viento, que se hace cierzo;
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Príncipe, tanto vive loco, que sana,
tanto va, que al fin vuelve,
tanto se le golpea, que muda de parecer,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
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- François de Montcorbier - (Francia, 1431-1463) Poeta francés considerado en opinión de muchos especialistas como el poeta lírico más destacado, por la belleza y originalidad de su poesía y su extraordinario poder evocativo. Villon, acaso el primero de los que más tarde se llamarían 'poetas malditos', nació en París o en sus proximidades, alrededor de 1431. Se cree que su verdadero nombre era François de Montcorbier o François des Loges. Sin embargo, adoptó el nombre de Villon como señal de gratitud hacia su mecenas, Guillaume de Villon, un capellán y profesor de Derecho Canónico. Mientras obtenía su licenciatura en Artes (1449) y más tarde su doctorado (1452), en la Universidad de la Sorbona, Villon participó activamente en la agitada vida académica de la época. En 1455 mató a un sacerdote en una pelea callejera. Un año más tarde fue sorprendido cuando robaba 500 coronas en la capilla del Colegio de Navarra de París, delito por el que fue desterrado. En el curso de los cuatro años siguientes (1456-1460) Villon vagó por toda Francia. En 1461 fue arrestado por orden del obispo de Orléans y encarcelado en la torre de Meung. Sin embargo, al cabo de unos meses, tanto Villon como los demás prisioneros recibieron el perdón de Luis XI. Villon regresó a París en 1462, pero no tardó en verse envuelto de nuevo en graves problemas. Fue detenido por su presencia en una reyerta y condenado a muerte. Un año más tarde, su sentencia fue conmutada por el destierro. A partir de este momento no se dispone de información sobre sus actividades. Su gran mérito como poeta reside en la subjetividad de su poesía. Villon expresaba sus sentimientos con ingenuidad, ya fuesen buenos o malos, y la franqueza con que hablaba de sí mismo lo llevó a hablar de otros con idéntica franqueza. Sus poemas ofrecen así un retrato vivo y por lo general fiable de su época. Entre sus principales escritos están Los Lais, también conocidos como El pequeño testamento (1456), y El gran testamento (1461). Ambos poemas están escritos en estrofas de ocho versos octosilábicos. El gran testamento, en el que relata con ironía y sinceridad su propia vida de vagabundo, además de la vida en general, está basado en el horror que Villon experimentaba ante la enfermedad, la prisión y la vejez, así como su miedo a la muerte. Esta obra contiene algunas baladas y rondeaux. Entre las obras menores de Villon cabe reseñar una media docena de poemas escritos en la jerga de los delincuentes.
BALADA DE LOS PROVERBIOS
Tanto se rasca la cabra, que se daña;
tanto va el cántaro a la fuente, que se rompe;
tanto se calienta el hierro, que se pone al rojo;
tanto se golpea, que se parte;
tanto vale el hombre, cuanto se le precia,
tanto se aleja, que lo olvidan,
tan malo es, que se le desprecia,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto habla uno, que se contradice;
tanto vale buena fama como un favor conseguido;
tanto promete uno, que se desdice;
tanto se suplica, que la cosa se adquiere,
tanto es más querida, cuanto es más buscada,
tanto se busca, que se encuentra,
tanto es más frecuente, cuanto menos deseada,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se quiere al perro, que se le da de comer;
tanto corre la canción, que la aprenden;
tanto se guarda la fruta, que se pudre;
tanto sé hostiga una plaza, que es conquistada;
tanto se tarda, que fracasa la empresa;
tanto se precipita,que sobreviene un mal;
tanto se aprieta, que cae la presa,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Tanto se bromea, que ya no se causa risa;
tanto se gasta, que no se tiene camisa;
tanto es uno generoso, que todo se lo gasta;
tanto vale toma, como una cosa prometida;
tanto se ama a Dios, que se sigue a la Iglesia;
tanto se da, que conviene pedir prestado;
tanto se vuelve el viento, que se hace cierzo;
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
Príncipe, tanto vive loco, que sana,
tanto va, que al fin vuelve,
tanto se le golpea, que muda de parecer,
tanto se invoca la Navidad, que al fin llega.
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