"Joyce consigue una alianza perfecta entre las dos corrientes de la segunda mitad del siglo diecinueve que cimentaron la literatura del siglo XX: el realismo y el simbolismo. Por un lado, el realismo es desplegado en la novela y el cuento, con su apego a lo empírico y lo racionalmente demostrable, y a una mentalidad pragmática adversa a los abstracto y lo metafísico. De otro lado, el simbolismo, generado en la poesía, con su apertura a lo desconocido y enigmático, invitando a la sugerencia espiritual que trasciende lo empírico, evita lo pragmático y opta por la 'videncia' intuitiva como una iluminación superior al discurso racional. Es verdad que una síntesis magnífica entre realismo y simbolismo las plasmó Mann en sus mejores narraciones (en menor medida y complejidad también lo logran Faulkener y García Márquez, mientras que prima el simbolismo en Proust y, sobre todo, en Kafka).
La síntesis simbolismo-realismo, sin embargo, carece en Mann de la minuciosidad realista con la que Joyce registra en 'Ulises' cada momento del día y todos los aspectos de la condición humana. Su Leopold Bloom se convierte así en el personaje más integral y completo de la literatura universal."
La mayor novela del siglo XX. Ricardo González Vigil. Páginas 06-07. Suplemento El Dominical. El Comercio. Año 59 - Nro. 33. Lima - Perú, 11 de noviembre del 2012.
CADENA DE CITAS
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- Después - Cita CXXI: En busca del tiempo perdido. Las historias