Pocas costumbres funerarias son más fascinantes que la de la
momificación, una técnica de embalsamar cadáveres en la que algunas
civilizaciones adquirieron gran maestría. Por regla general cuando oímos
la palabra momia sus ecos nos llevan directos al Egipto de los
faraones, pero los egipcios de la antigüedad no fueron los únicos en
momificar a sus muertos, aunque seguramente los que con más intensidad
momificaron, no sólo personas, también multitud de especies animales
como atestiguan los hallazgos en las excavaciones arqueológicas. Aparte
de los egipcios la momificación intencional (también la hay de tipo
natural) se ha dado en muchas culturas a lo largo y ancho de todo el
mundo y en todas las épocas históricas.
En la América precolombina, por ejemplo, momificar se convirtió en un
acto cotidiano para la cultura chinchorro, que se asentó en las zonas
costeras del desierto de Atacama entre el sexto y el primer milenio
antes de Cristo. Los chinchorro tenían a su favor, como los antiguos
egipcios, la proverbial sequedad del ambiente, que contribuye mucho a
los procesos naturales de momificación. Los incas también momificaron
con mucho entusiasmo. Para saberlo no hubo que excavar siglos después.
Cuando los conquistadores españoles llegaron al Perú en el siglo XVI se
encontraron con que era habitual momificar a los nobles y, por supuesto,
a los emperadores. Muchas de esas momias se han perdido, otras se
conservan hasta la actualidad y se siguen encontrando en yacimientos
arqueológicos de Perú y Bolivia.
Más cerca de Europa, en las islas Canarias, los antiguos guanches
también momificaron durante siglos con una técnica muy parecida a la que
empleaban los antiguos egipcios por lo que algunos investigadores han
querido ver una conexión entre las momias canarias y las del valle del
Nilo. Las momias guanches se investigan desde hace siglos. La llamada
momia de Madrid, conservada actualmente en el Museo Arqueológico
Nacional, llegó a la Corte en el siglo XVIII como regalo para Carlos
III, que la destinó al Real Gabinete de Historia Natural para que
procediesen a su estudio.
El hecho es que, tanto a los científicos como a la gente común, las
momias nos fascinan desde siempre. Aparte de ser un elemento recurrente
en la literatura y el cine de misterio, tienen un componente religioso
primordial. Es el modo que muchas culturas creyeron encontrar para
vencer a la muerte y hacer el tránsito a la otra vida. Es un campo de
estudio, además, en continua expansión porque los arqueólogos descubren
continuamente nuevas momias. Para hablar sobre momias visita hoy La
ContraHistoria David Sentinella, que es todo un experto en el tema. Es
autor de dos libros de referencia: “El enigma de las momias” y de “Más
allá de la vida”. Aparte de eso David es lo más parecido a un hombre del
renacimiento. Forma parte del equipo que hace el programa de radio La
Escóbula de la Brújula y es cantante y actor profesional.
Fuente: Podcast: La ContraHistoria
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