"La imaginación del hombre de Cromañón, en cambio, le permitía traducir imágenes mentales a figuras grabadas o pintadas en una pared o esculpidas en un trozo de marfil. Su imaginación se expandía y volaba, encontraba expresión no sólo en las aptitudes motoras sino también en toda clase de objetos y situaciones: los cambiantes movimientos en tres dimensiones de las nubes sobre el cielo azul, los diferentes colores de los renos en las distintas estaciones, los movimientos sutiles de las sombras que proyecta un fogón centelleante en la pared del refugio rocoso. Los auriñacienses conjuraban el mundo sobrenatural de antepasados, espíritus, animales míticos, movimiento, luces cambiantes y colores brillantes. Todos, hombre o mujer, niño o adulto, joven o viejo, poseían una imaginación vívida y, por supuesto, la usaban de diferentes maneras."
Página 213. Cromañón .De cómo la edad de hielo dio paso a los humanos modernos. Brian Fagan. Gedisa. Barcelona, España - 2011.
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