Hay que tomarlo desde algo atrás y contar lo que pasó, o por mejor decir, lo que se charló anteayer en la tertulia semanal de la duquesa de Sahagún, a la cual soy asidua concurrente. También la frecuenta mi paisano el comandante de artillería don Gabriel Pardo de la Lage, cumplido caballero, aunque un poquillo inocentón, y sobre todo muy estrafalario y bastante pernicioso en sus ideas, que a veces sostiene con gran calor y terquedad, si bien las más noches le da por acoquinarse y callar o jugar al tresillo, sin importársele de lo que pasa en nuestro corro. No obstante, desde que yo soy obligada todos los miércoles, notan que don Gabriel se acerca más al círculo de las señoras y gusta de armar pendencia conmigo y con la dueña de la casa; por lo cual hay quien asegura que no le parezco saco de paja a mi paisano, aun cuando otros afirman que está enamorado de una prima o sobrina suya, acerca de quien se refieren no sé qué historias raras. En fin, el caso es que disputando y peleándonos siempre, no hacemos malas migas el comandante y yo. ¡Qué malas migas! A cada polémica que armamos, parece aumentar nuestra simpatía, como si sus mismas genialidades morales (no sé darles otro nombre) me fuesen cayendo en gracia y pareciéndome indicio de cierta bondad interior... Ello va mal expresado..., pero yo me entiendo.
Pues anteayer (para venir al asunto), estuvo el comandante desde los primeros momentos muy decidor y muy alborotado, haciéndonos reír con sus manías. Le sopló la ventolera de sostener una vulgaridad: que España es un país tan salvaje como el África Central, que todos tenemos sangre africana, beduina, árabe o qué sé yo, y que todas esas músicas de ferrocarriles, telégrafos, fábricas, escuelas, ateneos, libertad política y periódicos, son en nosotros postizas y como pegadas con goma, por lo cual están siempre despegándose, mientras lo verdaderamente nacional y genuino, la barbarie, subsiste, prometiendo durar por los siglos de los siglos. Sobre esto se levantó el caramillo que es de suponer. Lo primero que le repliqué fue compararlo a los franceses, que creen que sólo servimos para bailar el bolero y repicar las castañuelas; y añadí que la gente bien educada era igual, idéntica, en todos los países del mundo.
Extracto del libro Insolación
"Insolación" narra la historia de Asís Taboada, una joven viuda que, durante unas fiestas en Madrid, se siente atraída por el apuesto y vivaz gallego Diego Pacheco. Tras una jornada de fiesta y calor, Asís cede a la tentación y pasa una noche apasionada con Diego, lo que la lleva a cuestionar las normas morales y sociales de su tiempo. La novela explora temas de deseo, culpa y libertad femenina, destacando la lucha interna de Asís entre sus sentimientos y las restricciones sociales de la época.
EMILIA PARDO BAZÁN
Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa (La Coruña, 16 de septiembre de 1851-Madrid, 12 de mayo de 1921), condesa de Pardo Bazán, fue una novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española introductora del naturalismo en España. Fue una precursora en sus ideas acerca de los derechos de las mujeres y el feminismo. Reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental y dedicó una parte importante de su actuación pública a defenderlo. Entre su obra literaria una de las más conocidas es la novela Los pazos de Ulloa (1886).
Entre sus obras destacadas está La cuestión palpitante, una recopilación de artículos que la acreditan como una de las principales impulsoras del naturalismo en España, movimiento que surge como reacción al romanticismo. También La Tribuna (1883), considerada la primera novela social y la primera novela naturalista española, donde incorpora por primera vez al proletariado y da voz y discurso propio a una mujer trabajadora: Amparo, la cigarrera. Fue la primera mujer socia del Ateneo de Madrid, admitida el 9 de febrero de 1905.
MÁS INFORMACIÓN
- Libro: Dos en una torre. Novelas eternas
- Libro: Los habitantes del bosque. Novelas eternas
- Libro: Ana de las tejas verdes. Novelas eternas
Autor(es): Emilia Pardo Bazán
Editorial: Cranford Collection
Páginas:
Tamaño: 16 x 24 cm.