Tradicionalmente se ha considerado al mudéjar como el más hispano de
todos los estilos artísticos ya que las características que lo definen
sólo se desarrollaron en los reinos cristianos de la península ibérica.
Lo de llamarlo mudéjar es, sin embargo, algo muy posterior, fue acuñado
por el historiador y arqueólogo cordobés Amador de los Ríos a mediados
del siglo XIX. Durante su discurso de ingreso a la Academia de Bellas
Artes de San Fernando en 1850 de los Ríos hizo ver que en la
arquitectura española de la edad media y la moderna había una serie de
rasgos de clara raíz islámica. A ese peculiar estilo a caballo entre el
cristianismo y el islam Amando de los Ríos lo bautizó como arte mudéjar
A partir de aquí surgieron muchas preguntas. La primera y fundamental
era si habían sido los mudéjares (es decir, los musulmanes que vivían en
territorio cristiano) los creadores de ese estilo o, por el contrario,
el denominado arte mudéjar no era más que una constante artística en el
mundo hispano, que floreció de igual manera entre musulmanes y entre
cristianos. Esta cuestión, que en principio pudiera parecer algo propio
de tertulias académicas entre historiadores, no estaría revestido de
tanta importancia de no ser porque hace ya bastantes años se convirtió
en un término de moda y son muchos los lugares de España que dicen tener
patrimonio propio genuinamente mudéjar. El debate ha continuado hasta
nuestros días y seguramente se siga librando durante muchos años más.
Podemos encontrar multitud de ejemplos de obras mudéjares desde el
siglo XIII en la Castilla septentrional, en Navarra y en Aragón. En las
provincias de Teruel y Zaragoza es, de hecho, donde se encuentran los
edificios mudéjares más conocidos por el gran público como las
catedrales de Teruel y Tarazona, o el palacio de Pedro IV el Ceremonioso
dentro de la Aljafería zaragozana. En Ávila, Valladolid, Toledo y
Segovia hay también una notable concentración de obras mudéjares,
especialmente en esta última provincia que cuenta en la ciudad de
Cuellar con uno de los conjuntos mudéjares más ricos de España.
Tras esa explosión del mudéjar en Castilla y Aragón observamos como
esas formas artísticas originadas en el norte cristiano fueron
expandiéndose hacia el sur a la misma velocidad que la reconquista. De
ahí que el mudéjar andaluz ya sea de los siglos XIV o XV. Siglos
después, ya a finales del siglo XIX, el mudéjar renació originando un
estilo de tipo historicista que estuvo muy en boga hasta el primer
tercio del siglo XX. Este estilo, bautizado como neomudéjar, fue
extraordinariamente popular y dejó infinidad de edificios por toda
España, y no sólo iglesias, también gran variedad de obras civiles como
plazas de toros, ayuntamientos, teatros y estaciones ferroviarias
Pero más allá de ese empeño contemporáneo por ordenar, categorizar y
querer ver mudéjar por doquier, lo que realmente hemos de entender fue
esa querencia por imitar lo islámico por parte de algunos señores
cristianos de la España medieval. Porque, en realidad, en esa imitación
hay mucho más de decisiones políticas y de mercado que de simples
estilos artísticos.
Fuente: La ContraHistoria