domingo, 13 de junio de 2021

Podcast La ContraHistoria: El néctar de los dioses

 

 

El vino es una de las bebidas más antiguas y la que, sin duda, más han empleado las diferentes religiones, especialmente el cristianismo. Se elabora a partir de la uva y apareció por primera vez en el Cáucaso en torno al sexto milenio antes de Cristo. Desde ahí viajó hacia el sur y, especialmente, hacia el oeste. En el mundo Mediterráneo se convirtió pronto en un elemento central de la dieta y en la base de muchos rituales religiosos. En la Grecia antigua contaban con un dios propio del vino, se llamaba Dioniso y en torno a su figura se celebraban concurridas fiestas en las que se consumía en grandes cantidades. Los romanos adoptaron a Dioniso cambiando su nombre por Baco. Las celebraciones en su honor pasaron a denominarse bacanales. El Senado terminó restringiéndolas a unas fechas muy concretas del año como las fiestas saturnales o las lupercales. De esas celebraciones paganas debidamente regadas de vino derivan los carnavales del cristianismo.  El vino es una de las bebidas más antiguas y la que, sin duda, más han empleado las diferentes religiones, especialmente el cristianismo. Se elabora a partir de la uva y apareció por primera vez en el Cáucaso en torno al sexto milenio antes de Cristo. Desde ahí viajó hacia el sur y, especialmente, hacia el oeste. En el mundo Mediterráneo se convirtió pronto en un elemento central de la dieta y en la base de muchos rituales religiosos. En la Grecia antigua contaban con un dios propio del vino, se llamaba Dioniso y en torno a su figura se celebraban concurridas fiestas en las que se consumía en grandes cantidades. Los romanos adoptaron a Dioniso cambiando su nombre por Baco. Las celebraciones en su honor pasaron a denominarse bacanales. El Senado terminó restringiéndolas a unas fechas muy concretas del año como las fiestas saturnales o las lupercales. De esas celebraciones paganas debidamente regadas de vino derivan los carnavales del cristianismo. Pero no sólo el mundo grecorromano usó y abusó del vino. Los judíos también se valieron de él. Fue a través de la tradición judía como entró en el cristianismo. La sangre de Cristo se transubstancia en vino que luego es consumido por los fieles en la eucaristía. Eso permitió que, incluso en épocas en las que estuvo prohibido el consumo de alcohol como los años de la ley seca en Estados Unidos, se pudiese elaborar y vender vino legalmente. Pero mucho antes de eso los europeos lo habían llevado a los cinco continentes. Los portugueses y españoles fueron los primeros es sacar las vides de Europa y plantarlas primero en Madeira y las islas Canarias y luego en ciertas zonas de América donde arraigaron muy bien. A mediados del siglo XVI ya lo estaban cultivando en el norte de México, posteriormente se lo llevaron al cono sur donde se terminó convirtiendo en uno de los cultivos tradicionales. Los británicos harían lo propio en Australia y los holandeses en Sudáfrica. En el siglo XIX el vino ya era un producto global que se consumía en todo el mundo. Desde entonces su área cultivada no ha hecho más que crecer porque el apetito por el vino también ha ido a más. El vino se produce desde Centroeuropa hasta Nueva Zelanda y de Rusia a California, pero los principales productores -Italia, España y Francia- siguen siendo los mismos que hace dos milenios. Su historia va pareja a la de Occidente. Hoy es una industria global que mueve miles de millones de euros cada año y empuja la economía de comarcas enteras del viejo y del nuevo continente. Sin vino la historia de Europa y de los pueblos de la cuenca Mediterránea hubiera sido muy distinta, algo menos sabrosa y, seguramente, mucho más aburrida.

Fuente: Podcast: La ContraHistoria 


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