Si hubo un arma secreta que cambió el curso de la historia, ese arma fue el Fuego griego. Durante siglos el Imperio de los romanos, Bizancio, custodió celosamente su arcana fórmula y su fabricación, y equipó sus barcos, los temidos Dromones, con sifones, Strepton, que proyectaban brillantes chorros de fuego líquido que calcinaban las naves enemigas mientras sus aterrorizados tripulantes se desesperaban ante unas llamas que parecían proceder del infierno y que no podían apagarse con agua. Árabes y vikingos, los más fieros guerreros del mar de la Alta Edad Media, se estrellaron contra la tormenta de fuego desencadenada por los Strepton de los dromones imperiales y el terror que el recuerdo de aquellos desastres sembró en la memoria de los hombres atravesó los siglos y llega hasta nuestro tiempo en formas tan distintas como El Fuego Valyrio que no es sino la última versión literaria del Fuego Griego. Aquí contaremos la historia de aquellas salvajes batallas y trataremos de arrojar luz sobre el secreto del Fuego griego, sobre su uso y sobre cómo fue posible que se perdiera su fórmula.
Fuente: Academia Play
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