El aporte del profesor Frank Salomon a los estudios andinos es invaluable. Con publicaciones que profundizan en etnohistoria, y media vida dedicada al estudio de los quipus, el doctor Salomon participó hace unas semanas, al lado de un selecto grupo de académicos importantes, en el coloquio realizado en Pisac, Cuzco, por la maestría con mención en Estudios Andinos.
¿Qué inquietudes lo llevaron a centrarse en los estudios andinos?
Empezó con un viaje tipo estudiantil hacia Chile con un compañero de la universidad de Columbia. En ese viaje se dio un momento decisivo, y fue cuando escuché hablar el quechua ecuatoriano. En ese momento, no sé por qué, la intuición me dijo “esto importa, esto tienes que estudiarlo” y todo fue decidido en un instante.
Pero su trabajo se enfocó en el estudio de los quipus.
La idea del quipu como escritura en el sentido canónico de la palabra, o sea, representación de los sonidos del habla, es una idea equivocada. Se ha propuesto bastantes veces y hasta ahora no se ha comprobado en ningún caso. Las funciones que sí se han confirmado en investigaciones son para demografía, registro tributario y sobre todo contribuciones laborales y sociales dentro de unidades de ayllu y de comunidad.
¿Los no académicos tenemos una idea equivocada de cómo funcionaba el imperio incaico?
Sí, creo. La idea de que alguna manera fue mejor, más pacífico, más ético que otros imperios, me parece dudosa. Aún así, me parece que la imagen del Imperio Inca se ha aclarado bastante en las últimas décadas, por ejemplo al entender una característica importante del antiguo imperio es que en vez de producir uniformidades imperiales, desarrolló el arte de articular diversidades. En eso los Incas se han mostrado excepcionalmente sutiles, eficaces, y la prueba es que a cien años de desaparecido el imperio inca no existía furia post colonial, sino nostalgia.
¿Qué perdemos al idealizar el Imperio Inca?
Creo que hay que abarcar un tema más fundamental, que el debate casi totalmente se ha enfocado en Estados. Se pregunta constantemente si los Wankas eran realmente un Estado rival a los Incas, si los curacas dinásticos llegaron a ser estados regionales, etc. Gran parte de los descubrimientos arqueológicos se miran como si fuera axiomático la presencia de un Estado, pero el punto importante es este: el Estado no es el único modelo que explica la aglomeración de grandes números de personas, ni la complejidad cultural. Creo que se ha subestimado hasta ahora el estudio de las sociedades segmentarias, sociedades donde se aglomeran grandes poblaciones a través de modelos en parentesco. Por ejemplo, un caso en el que me ocupo mucho: la historia de los aborígenes de los valles en el centro peruano, el caso de los llamados Yauyos en la mitología de Huarochirí. Para explicar esos casos no me parece muy útil recurrir a la idea de un imperio o un reino que invadía la costa, sino más bien de migraciones entre grupos que se veían entre sí como linajes emparentados, sin que haya ni jerarquía ni burocracia ni diplomacia entre Estados. Esa sí que me parece la pérdida más importante, que haya una sola forma de entender las sociedades andinas y es la evolución de Estados.
¿A qué se le debe poner atención para entender mejor el desarrollo del Imperio Inca?
A la lingüística histórica, que es prometedora, y a la arqueología de los sitios menores. No solo son importantes Sipán, Sicán y los demás monumentales, sino la dispersión y movimiento de los pueblos sobre el terreno, aunque se sepa únicamente de tiestos dispersos.
¿Cómo evaluaría el coloquio que organiza la maestría con mención en Estudios Andinos?
Eventos como este son de suprema importancia para conocer a los nuevos talentos, a los jóvenes que van a llevar adelante el campo de estudios y saber cómo las innovaciones conceptuales de varias partes del mundo están o no penetrando en los estudios andinos. Es mi primera visita al simposio de Pisac y me estoy llevando la impresión de rigurosidad y profundidad, con un formato que permite ahondar en los datos y en las hipótesis, muy superior a la práctica en congresos profesionales. Además, que se realice en Cuzco crea una atmósfera de intensidad intelectual, de haberse centrado en el lugar donde todos los siglos se conectan.
¿Qué inquietudes lo llevaron a centrarse en los estudios andinos?
Empezó con un viaje tipo estudiantil hacia Chile con un compañero de la universidad de Columbia. En ese viaje se dio un momento decisivo, y fue cuando escuché hablar el quechua ecuatoriano. En ese momento, no sé por qué, la intuición me dijo “esto importa, esto tienes que estudiarlo” y todo fue decidido en un instante.
Pero su trabajo se enfocó en el estudio de los quipus.
La idea del quipu como escritura en el sentido canónico de la palabra, o sea, representación de los sonidos del habla, es una idea equivocada. Se ha propuesto bastantes veces y hasta ahora no se ha comprobado en ningún caso. Las funciones que sí se han confirmado en investigaciones son para demografía, registro tributario y sobre todo contribuciones laborales y sociales dentro de unidades de ayllu y de comunidad.
¿Los no académicos tenemos una idea equivocada de cómo funcionaba el imperio incaico?
Sí, creo. La idea de que alguna manera fue mejor, más pacífico, más ético que otros imperios, me parece dudosa. Aún así, me parece que la imagen del Imperio Inca se ha aclarado bastante en las últimas décadas, por ejemplo al entender una característica importante del antiguo imperio es que en vez de producir uniformidades imperiales, desarrolló el arte de articular diversidades. En eso los Incas se han mostrado excepcionalmente sutiles, eficaces, y la prueba es que a cien años de desaparecido el imperio inca no existía furia post colonial, sino nostalgia.
¿Qué perdemos al idealizar el Imperio Inca?
Creo que hay que abarcar un tema más fundamental, que el debate casi totalmente se ha enfocado en Estados. Se pregunta constantemente si los Wankas eran realmente un Estado rival a los Incas, si los curacas dinásticos llegaron a ser estados regionales, etc. Gran parte de los descubrimientos arqueológicos se miran como si fuera axiomático la presencia de un Estado, pero el punto importante es este: el Estado no es el único modelo que explica la aglomeración de grandes números de personas, ni la complejidad cultural. Creo que se ha subestimado hasta ahora el estudio de las sociedades segmentarias, sociedades donde se aglomeran grandes poblaciones a través de modelos en parentesco. Por ejemplo, un caso en el que me ocupo mucho: la historia de los aborígenes de los valles en el centro peruano, el caso de los llamados Yauyos en la mitología de Huarochirí. Para explicar esos casos no me parece muy útil recurrir a la idea de un imperio o un reino que invadía la costa, sino más bien de migraciones entre grupos que se veían entre sí como linajes emparentados, sin que haya ni jerarquía ni burocracia ni diplomacia entre Estados. Esa sí que me parece la pérdida más importante, que haya una sola forma de entender las sociedades andinas y es la evolución de Estados.
¿A qué se le debe poner atención para entender mejor el desarrollo del Imperio Inca?
A la lingüística histórica, que es prometedora, y a la arqueología de los sitios menores. No solo son importantes Sipán, Sicán y los demás monumentales, sino la dispersión y movimiento de los pueblos sobre el terreno, aunque se sepa únicamente de tiestos dispersos.
¿Cómo evaluaría el coloquio que organiza la maestría con mención en Estudios Andinos?
Eventos como este son de suprema importancia para conocer a los nuevos talentos, a los jóvenes que van a llevar adelante el campo de estudios y saber cómo las innovaciones conceptuales de varias partes del mundo están o no penetrando en los estudios andinos. Es mi primera visita al simposio de Pisac y me estoy llevando la impresión de rigurosidad y profundidad, con un formato que permite ahondar en los datos y en las hipótesis, muy superior a la práctica en congresos profesionales. Además, que se realice en Cuzco crea una atmósfera de intensidad intelectual, de haberse centrado en el lugar donde todos los siglos se conectan.
CADENA DE CITAS
- Antes - Cita CCXCIII: El paso del cometa Halley de 1910
- Después - Cita CCXCV: Un retrato de Antonio Machado