jueves, 1 de enero de 2015

Tomasio (01/01/2015): ¿Miedo a que?


Hace unas semanas se ha inaugurado el puente de Chilina, éste se ha convertido en poco tiempo en la meca de los habitantes de la ciudad donde está construido. Pronto dejara de ser novedad, con el paso del tiempo, porque ya nos acostumbraremos a verlo e integrarlo mentalmente en nuestras vidas y paisaje.

El puente de Chilina tiene 562 metro de longitud, convirtiéndose en el puente más largo de Arequipa y del Perú.

Así que el último domingo fui a visitarlo. Y cuando lo estaba cruzando, a pie por supuesto, se me ocurrió que físicamente me tomaría una cantidad determinada de minutos en recorrerlo de un extremo al otro. Ello me llevo a considerar que en nuestras vidas, a veces,  existen puentes mentales que tardamos años en cruzar o tal vez nunca lo hagamos.

Para que se hagan una idea, un año tiene aproximadamente 8766 horas es decir 525,960 minutos.

Físicamente me trasladé de un lado del puente al otro en minutos, al término del cual podía apreciar claramente el otro lado del valle.

Cuantas veces se nos brinda la oportunidad de cruzar nuestros puentes mentales, llámalos opiniones, paradigmas, prejuicios, creencias, supersticiones y nos quedamos en un lado sin tomar en consideración las bondades de un cambio.

Es más fácil cruzar un puente físicamente, que cruzarlo en nuestra mente.

Seguro que te ha pasado, sobre todo en algunos casos, cambiar de opinión, vencer tu orgullo, etc. Pero te das cuenta que esa acción en nuestro cerebro tarda menos de un nano segundo, el asunto es el camino en llegar ahí, aceptar el cambio.

¿Por qué entonces no hacemos algo al respecto? ¿Cuántos conflictos personales? Se podían haber evitado con ser compasivo, menos arrogante, y todo amigos míos está en la mente, ya sea porque lo consideramos natural, porque no consideramos otros puntos de vista, practiquemos la tolerancia y crucemos nuestros propios puentes mentales.

Ahora estamos empezando el 2015, tendamos un puente a nuestro cambio, el cambio que consideres necesario y que hará que despegues de tu apatía o estado actual. Esa actitud de quedarse sin tomar acción de lo que queremos.

El otro día escuche que decían “ya la cosas se acomodarán”, resignación, no lo sé. Pero está en nosotros hacer que las cosas sucedan, caminar y cruzar ese puente que parecía difícil desde lejos, pero una vez que diste el primer paso y empezaste a caminar, ya nada te impidió terminar de cruzarlo.

Bienvenido 2015.

Usa este nuevo año a tu favor y no dejes que nada ni nadie te quite lo que tu consideras, mereces.

Juntos hemos cruzado muchos años, por ello crucemos también nuestros puentes mentales.

Un próspero año nuevo y que este 2015 sea mejor que la suma de todos los años anteriores.

Antonio Tomasio. Autor de los libros Uno (Yo) y Mi hijo, mi maestro. Escríbe a atomasio@antoniotomasio.com con tus preguntas o sugerencias o visita la página www.antoniotomasio.com