“AHORA TRABAJAMOS
MÁS Y GANAMOS IGUAL”
Estamos más cerca que nunca de ese otro mundo posíble del que tanto se viene hablando. Hay, al alcance de nuestras manos, una solución pacífica, inmediata y gratuita para acabar con el desempleo, la pobreza, la especulación financiera, la sobreexplotación del trabajo, el malestar social y la depredación ambiental que nos afligen.
Pero así, tan cerca como estamos de la salida, no es nada seguro que vayamos a usarla. Es altamente probable que pasemos de largo, sin darnos de cuenta, y continuemos por el camino que nos lleva al abismo. Los gobernantes son incompetentes -por definición- para conducirnos a esa puerta. Loa académicos parecen sufrir de uan curiosa ceguera al respecto. Los empresarios, empujados por la implacable competencia, impulsan las naves hacia el fondo del estanque en lugar de buscar la superficie. Pero estamos nosotros, los ciudadanos de a pie, que somos millones. No existe en el planeta ninguna fuerza capaz de detenernos. Con una huelga, o una cadena mundial de huelgas -absolutamente pacíficas y democráticas, por supuesto- pondremos en acción una formidable palanca que no dará, por fin, los beneficios del tiempo libre y una mejor calidad de vida que la revolución tecnológica nos prometió alguna vez y que, con todo derecho, nos merecemos.
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Estamos más cerca que nunca de ese otro mundo posíble del que tanto se viene hablando. Hay, al alcance de nuestras manos, una solución pacífica, inmediata y gratuita para acabar con el desempleo, la pobreza, la especulación financiera, la sobreexplotación del trabajo, el malestar social y la depredación ambiental que nos afligen.
Pero así, tan cerca como estamos de la salida, no es nada seguro que vayamos a usarla. Es altamente probable que pasemos de largo, sin darnos de cuenta, y continuemos por el camino que nos lleva al abismo. Los gobernantes son incompetentes -por definición- para conducirnos a esa puerta. Loa académicos parecen sufrir de uan curiosa ceguera al respecto. Los empresarios, empujados por la implacable competencia, impulsan las naves hacia el fondo del estanque en lugar de buscar la superficie. Pero estamos nosotros, los ciudadanos de a pie, que somos millones. No existe en el planeta ninguna fuerza capaz de detenernos. Con una huelga, o una cadena mundial de huelgas -absolutamente pacíficas y democráticas, por supuesto- pondremos en acción una formidable palanca que no dará, por fin, los beneficios del tiempo libre y una mejor calidad de vida que la revolución tecnológica nos prometió alguna vez y que, con todo derecho, nos merecemos.
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- Blog: Manifiesto del Siglo XXI
- Libro: El Carlin del hortelano
- Libro: Errar es urbano
Autor(es): Carlos Tovar (Carlín)
Editorial: Del autor
Páginas: 187
Tamaño: 13 x 20 cm.
Año: 2014
Precio: S/30.00