"P.: ¿Las Estrellas y los Planetas tienen influjo sobre nosotros?
R.: Los antiguos atribuyeron varios influjos a los Astros, pero esa vana realidad de sus influjos está reducida al calor, a la luz, al peso sobre el aire y el mar, y a la fuerza de su atracción.
P.: ¿Cómo se llama esa imaginaria ciencia?
R.: Astrología Judiciaria.
P.: ¿Y cómo se llama la admirable Ciencia del conocimiento del cielo y de los astros?
R.: Astronomía.
P.: ¿Qué utilidades se sacan de la Astronomía?
R.: Muchas, muy importantes, muy honrosas y de la mayor satisfacción. Porque la Astronomía es la que puede suministrarnos la más admirable idea del universo y de la magnificencia del Creador. La que debe llenar al hombre, en medio de su pequeñez, de una loable vanidad al considerar la noble osadía con que su ingenio, abalanzándose a la inmensidad de los cielos, ha logrado contar los astros, medir sus cuerpos, pesar sus masas, calcular sus distancias, y penetrar las leyes de su movimiento y la armonía de sus atracciones.
P.: ¿Y qué más?
R.: La Astronomía es la que, indicándonos las Estaciones del año ha arreglado los trabajos de la Agricultura. La que ha creado la ciencia de la segura navegación y pilotaje. La que ha fijado la verdadera situación geográfica de los países, sus meridianos, sus latitudes y sus climas. La que ha enseñado a conocer los tiempos y a verificar las Épocas, las Eras y Datas de la Historia. La que ha presidido los Cómputos Eclesiásticos para las fiestas móviles del culto y solemnidades públicas de las naciones. La que dio origen a la Mitología y a las decantadas Fábulas de la antigüedad. Y aún notamos que los símbolos de los fenómenos celestes, después que con el tiempo los confundió la superstición y la ignorancia, produjeron idolatría.
P.: ¿Y qué más?
R.: Los conocimientos astronómicos son los que han ido desterrando del mundo aquellos terrores pánicos de que, a vista de los eclipses, se llenaban los hombres necios, cuyas consecuencias fueron tan funestas para ejércitos y provincias; y aquellas vanas observancias y sustos que ocasionaban las apariciones de los Cometas, Auroras Boreales y Exhalaciones encendidas. En fin, los conocimientos astronómicos han desterrado aquellas ridículas imposturas con que los Astrólogos, fundados en las influencias de los aspectos de los Astros, no sólo pronosticaban los sucesos naturales y físicos, sino que también llevaban el Horóscopo y anunciaban los acontecimientos de la vida humana. Así, viva la Astronomía y muera la absoluta ignorancia de ella."
R.: Los antiguos atribuyeron varios influjos a los Astros, pero esa vana realidad de sus influjos está reducida al calor, a la luz, al peso sobre el aire y el mar, y a la fuerza de su atracción.
P.: ¿Cómo se llama esa imaginaria ciencia?
R.: Astrología Judiciaria.
P.: ¿Y cómo se llama la admirable Ciencia del conocimiento del cielo y de los astros?
R.: Astronomía.
P.: ¿Qué utilidades se sacan de la Astronomía?
R.: Muchas, muy importantes, muy honrosas y de la mayor satisfacción. Porque la Astronomía es la que puede suministrarnos la más admirable idea del universo y de la magnificencia del Creador. La que debe llenar al hombre, en medio de su pequeñez, de una loable vanidad al considerar la noble osadía con que su ingenio, abalanzándose a la inmensidad de los cielos, ha logrado contar los astros, medir sus cuerpos, pesar sus masas, calcular sus distancias, y penetrar las leyes de su movimiento y la armonía de sus atracciones.
P.: ¿Y qué más?
R.: La Astronomía es la que, indicándonos las Estaciones del año ha arreglado los trabajos de la Agricultura. La que ha creado la ciencia de la segura navegación y pilotaje. La que ha fijado la verdadera situación geográfica de los países, sus meridianos, sus latitudes y sus climas. La que ha enseñado a conocer los tiempos y a verificar las Épocas, las Eras y Datas de la Historia. La que ha presidido los Cómputos Eclesiásticos para las fiestas móviles del culto y solemnidades públicas de las naciones. La que dio origen a la Mitología y a las decantadas Fábulas de la antigüedad. Y aún notamos que los símbolos de los fenómenos celestes, después que con el tiempo los confundió la superstición y la ignorancia, produjeron idolatría.
P.: ¿Y qué más?
R.: Los conocimientos astronómicos son los que han ido desterrando del mundo aquellos terrores pánicos de que, a vista de los eclipses, se llenaban los hombres necios, cuyas consecuencias fueron tan funestas para ejércitos y provincias; y aquellas vanas observancias y sustos que ocasionaban las apariciones de los Cometas, Auroras Boreales y Exhalaciones encendidas. En fin, los conocimientos astronómicos han desterrado aquellas ridículas imposturas con que los Astrólogos, fundados en las influencias de los aspectos de los Astros, no sólo pronosticaban los sucesos naturales y físicos, sino que también llevaban el Horóscopo y anunciaban los acontecimientos de la vida humana. Así, viva la Astronomía y muera la absoluta ignorancia de ella."
De "Noticias del cielo o Astronomía para niños" escrito por José de Viera y Clavijo en 1807. José de Viera y Clavijo fue un historiador, biólogo y escritor nacido el 28 de diciembre de 1731 en Los Realejos, Santa Cruz de Tenerife, reconocido como el máximo exponente de la Ilustración canaria.
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