viernes, 22 de febrero de 2013

Poeta 174: Emilio Adolfo Westphalen


EMILIO ADOLFO WESTPHALEN

Nació en Lima, Perú, el 15 de julio de 1911 y murió también en Lima el 17 de agosto de 2001. A los 22 años, se recibió de licenciado en Letras a través de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde más tarde dictó clases de Historia del Arte Prehispánico. En distintos momentos de su vida, colaboró con distintas publicaciones de interés cultural y literario, como fueron El uso de la palabra, Las Moradas y Amaru. Vivió unos años en Estados Unidos, donde desempeñó el cargo de traductor para las Naciones Unidas, Italia, donde se lo nombró Agregado Cultural de su país, México y Portugal. Su intachable dedicación al arte fue reconocida por otras grandes figuras, tales como Mario Vargas Llosa y Julio Ramón Ribeyro.
Son de su autoría los poemarios "Las ínsulas extrañas", "Máximas y mínimas de sapiencia pedestre", "Bajo las zarpas de la Quimera" y "Simulacro de sortilegios", y los ensayos "Poetas en la Lima de los años treinta" y "Escritos varios sobre arte y poesía". A continuación, es posible disfrutar de "Andando el tiempo" y "Viniste a posarte sobre una hoja de mi cuerpo", entre otros poemas de este gran escritor, ganador del Premio Miguel Hernández de poesía, entre otros reconocimientos.

EL MAR EN LA CIUDAD

¿Es éste el mar que se arrastra por los campos,
Que rodea los muros y las torres,
Que levanta manos como olas
Para avistar de lejos su presa o su diosa?

¿Es éste el mar que tímida, amorosamente
Se pierde por callejas y plazuchas,
Que invade jardines y lame pies
Y labios de estatuas rotas, caídas?

No se oye otro rumor que el borboteo
Del agua deslizándose por sótanos
Y alcantarillas, llevando levemente
En peso hojas, pétalos, insectos.

¿Qué busca el mar en la ciudad desierta,
Abandonada aun por gatos y perros,
Acalladas todas sus fuentes,
Mudos los tenues campanarios?

La ronda inagotable prosigue,
El mar enarca el lomo y repite
Su canción, emisario de la vida
Devorando todo lo muerto y putrefacto.

El mar, el tierno mar, el mar de los orígenes,
Recomienza el trabajo viejo:
Limpiar los estragos del mundo,
Cubrirlo todo con una rosa dura y viva.

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