jueves, 14 de julio de 2011

Poema 94: Laurence Binyon


LAURENCE BINYON





(Lancaster, 1869 - Reading, 1943) Historiador de arte, poeta y dramaturgo británico. Interesado desde muy temprana edad por los estudios artísticos, en 1893 obtuvo una plaza de funcionario en el British Museum, institución en la que desempeñó una importante labor durante cuarenta años. Consiguió ser reconocido como uno de los expertos más reputados en el conocimiento de la tradición acuarelista inglesa, y logró también fama internacional merced a sus aportaciones a la divulgación del arte oriental en Europa. Destacó sobre todo por su interés en las técnicas orientales de grabado y dibujo, con especial atención a las xilografías japonesas; de hecho, fue el primer estudioso occidental que compiló un catálogo oficial de obras producidas siguiendo dicha técnica. Entre sus aportaciones teóricas destaca el ensayo crítico Painting in the Far East (1908).

Como poeta se dio a conocer con Lyric Poems (1894), obra a la que siguió Odes (1900), aunque su mayor éxito lo obtuvo con For the fallen (Para los caídos, 1917), un libro de versos en el que recordaba todo el horror de la I Guerra Mundial. El gran poeta norteamericano Ezra Pound alabó la producción lírica de Laurence Binyon, que incluye otros poemarios como The Idols (Los ídolos, 1928) y The burning of the leaves (El ardor de las hojas, 1944). Fue también un autor dramático aplaudido, principalmente por sus dramas escritos en verso libre. Realizó además una memorable traducción de la Divina Comedia en tercetos ingleses.

POR LOS CAÍDOS

Con acción de gracias orgullosa, una madre para sus hijos,
Inglaterra está de luto por sus muertos a través del mar.
Carne de su carne eran, el espíritu de su espíritu,
Caídos en la causa de la libertad.

Solemne la emoción de los tambores; agosto Muerte y real,
Canta la tristeza hasta en las esferas inmortales,
Hay música en medio de la desolación.
Y una gloria que brilla en nuestras lágrimas.

Se fueron con las canciones de la batalla, eran jóvenes,
Recta de una extremidad, el caso de los ojos, firme y radiante.
Eran firmes hasta el final contra todos los pronósticos incontables;
Se quedaron con la cara al enemigo.

Los Estados miembros no crecen de edad, como que se dejan envejecer:
La edad no se les cansado, ni condenar a los años.
A la puesta del sol y por la mañana.
Vamos a recordarlos.

Ellos no se mezclan con sus compañeros a reír de nuevo;
Se sientan en las mesas de no más familiar de la casa;
No tienen mucho en nuestro trabajo del día a tiempo;
Duermen más allá de la espuma de Inglaterra.

Pero, ¿dónde están nuestros deseos y nuestras esperanzas profundas,
Sentía como un manantial que está oculto a la vista,
Para el corazón más íntimo de su propia tierra que se conocen
Como las estrellas son conocidos por la noche;

Como las estrellas que será brillante cuando somos polvo,
Traslado en marchas en el plano celestial;
Como las estrellas que son estrellas en el momento de nuestra oscuridad,
Hasta el final, hasta el final, siguen siendo.