MAX EHRMANN
(EEUU, 1872-1945) Escritor y abogado estadounidense de origen alemán nacido en Terre Haute (Indiana). De familia acomodada, estudio Inglés en la Universidad De Pauw y Filosofía en Harvard. Se dedicó a la Abogacia en su tierra natal. A la edad de 41 años se jubiló, para dedicarse a la escritura de ensayos y poemas. Se hizo famoso por su poema Desiderata (1927), que su viuda publicó tres años después de su muerte, junto a otros trabajos con el título de Los Poemas de Max Ehrmann (1948). Se ha sido dicho que Desiderata fue inspirada por un impulso que Ehrmann describe en su diario: "Debería dejar un humilde regalo - un trozo de prosa que ha alcanzado nobles humores".
Desiderata (del latín desiderata "cosas deseadas", plural de desideratum) es un poema muy conocido sobre la búsqueda de la felicidad en la vida. Sus derechos de autor son del año 1927 y pertenecen a Max Ehrmann. Desiderata fue publicado en 1948 (después de la muerte de su autor) en una colección de poemas titulada Desiderata of Happiness, recopilados por la esposa de Ehrmann. En la década del 60 circuló sin la atribución a Ehrmann, a veces con la afirmación de que había sido encontrado en la iglesia St. Paul de Baltimore, en Maryland, Estados Unidos. También se decía que había sido escrito en 1692 (año de la fundación de la iglesia). Sin embargo, esta poesía ha mantenido el sello de Ehrmann en algunas de sus ediciones.
DESIDERATA
Escucha entonces la sabiduría del sabio:
“Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,
y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.
Mantén buenas relaciones con todos en tanto te sea posible, pero sin transigir.
Di tu verdad tranquila y claramente;
Y escucha a los demás,
incluso al torpe y al ignorante.
Ellos también tienen su historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas,
pues son vejaciones para el espíritu.
Si te comparas con los demás,
puedes volverte vanidoso y amargado
porque siempre habrá personas más grandes o más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros, así como de tus planes.
Interésate en tu propia carrera,
por muy humilde que sea;
es un verdadero tesoro en las cambiantes visicitudes del tiempo.
Sé cauto en tus negocios,
porque el mundo está lleno de engaños.
Pero no por esto te ciegues a la virtud que puedas encontrar;
mucha gente lucha por altos ideales
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tu mismo.
Especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto al amor,
porque frente a toda aridez y desencanto,
el amor es tan perenne como la hierba.
Acepta con cariño el consejo de los años,
renunciando con elegancia a las cosas de juventud.
Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia,
pero no te angusties con fantasías.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Más allá de una sana disciplina,
sé amable contigo mismo.
Eres una criatura del universo,
al igual que los árboles y las estrellas;
tienes derecho a estar aquí.
Y, te resulte o no evidente,
sin duda el universo se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en paz con Dios,
de cualquier modo que Le concibas,
y cualesquiera sean tus trabajos y aspiraciones,
mantente en paz con tu alma
en la ruidosa confusión de la vida.
Aún con todas sus farsas, cargas y sueños rotos,
éste sigue siendo un hermoso mundo.
Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz”.