"Lo mismo ocurre con los pintores de las cavernas. Su arte repetitivo y plácido, pero cargado de belleza, basado en el perfeccionamiento de los animales hallados en la realidad, no fue sólo la primera gran corriente artística, sino la primera gran corriente filosófica: el primer intento que conocemos de someter a un orden coherente el caos del mundo. ¡Cuán liberador, aterrador y tentador tuvo que ser!"
Del libro "Los pintores de las cavernas" de Gregory Curtis. Turner Noema - España, 2006. Página 287.
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