La noche, el momento perfecto ¿Qué hace que definamos sin temor a equivocarnos, que la noche o momento fue perfecto? Puedan ser las expectativas que pusimos y que se cumplieron, por ejemplo: Cuando saliste solo por primera vez con tu enamorada. Ese momento cuando compraste el coche siempre quisiste tener. El día cuando invitaste a almorzar a tus padres y fuiste tú quien pago. Cuando fuiste invitado a la casa de tu enamorada y te presentaron a su familia.
Reflexionemos sobre las situaciones de nuestra vida las cuales nos marcaron y recordamos a pesar del paso del tiempo; las recuerdas con cariño, fueron experiencias que nos ayudaron a crecer y demostramos con ello nuestro crecimiento y madurez.
Nuestra vida está llena de momentos que guardamos en nuestra memoria y para cada uno de nosotros serán especiales.
Ahora una pregunta: ¿Qué hace que esos momentos los consideremos especiales?
A tener en cuenta, algunas veces esos momentos los planificamos y salen como lo esperábamos, otras veces, salió todo muy bien, sin planificación y por ello al no tener expectativas salió de lo mejor y superior tal vez si lo hubiéramos preparado.
Un día «perfecto» es el resultado de la suma de buenos momentos, hazlos inolvidables. Duran un momento y se convierte en una experiencia de todo un día, de toda la vida.
Otra pregunta: ¿Qué hace que un evento sea inolvidable?
Para una mayor experiencia será asociada por medio de nuestros sentidos, le añadimos una mayor percepción por medio de nuestros sentidos, olfato, tacto, gusto, vista y oído. Por ejemplo, asistes a la graduación de tu hijo, el evento transcurrirá, con la ceremonia en sí, pero si adicionalmente, le sumas, la fragancia que ese día estrena tu hijo, la emoción de su voz, por lo que percibes y ves, y el tacto puede ser la textura de la tela del terno, el fondo musical que hubo. Nuestra experiencia se intensifica y será de rápido recuerdo por la asociación de los elementos que despiertan nuestros sentidos.
Muchas veces nosotros deseamos recordar nuestras experiencias y nos decimos, ya sea en voz alta o mentalmente que no olvidaremos lo que estamos viviendo en ese momento, lo forzamos a nuestros recuerdos.
Vivamos nuestras vidas con la mente dispuesta a generar esas experiencias que harán de nuestras vidas y para otros inolvidables.
Reflexionemos sobre las situaciones de nuestra vida las cuales nos marcaron y recordamos a pesar del paso del tiempo; las recuerdas con cariño, fueron experiencias que nos ayudaron a crecer y demostramos con ello nuestro crecimiento y madurez.
Nuestra vida está llena de momentos que guardamos en nuestra memoria y para cada uno de nosotros serán especiales.
Ahora una pregunta: ¿Qué hace que esos momentos los consideremos especiales?
A tener en cuenta, algunas veces esos momentos los planificamos y salen como lo esperábamos, otras veces, salió todo muy bien, sin planificación y por ello al no tener expectativas salió de lo mejor y superior tal vez si lo hubiéramos preparado.
Un día «perfecto» es el resultado de la suma de buenos momentos, hazlos inolvidables. Duran un momento y se convierte en una experiencia de todo un día, de toda la vida.
Otra pregunta: ¿Qué hace que un evento sea inolvidable?
Para una mayor experiencia será asociada por medio de nuestros sentidos, le añadimos una mayor percepción por medio de nuestros sentidos, olfato, tacto, gusto, vista y oído. Por ejemplo, asistes a la graduación de tu hijo, el evento transcurrirá, con la ceremonia en sí, pero si adicionalmente, le sumas, la fragancia que ese día estrena tu hijo, la emoción de su voz, por lo que percibes y ves, y el tacto puede ser la textura de la tela del terno, el fondo musical que hubo. Nuestra experiencia se intensifica y será de rápido recuerdo por la asociación de los elementos que despiertan nuestros sentidos.
Muchas veces nosotros deseamos recordar nuestras experiencias y nos decimos, ya sea en voz alta o mentalmente que no olvidaremos lo que estamos viviendo en ese momento, lo forzamos a nuestros recuerdos.
Vivamos nuestras vidas con la mente dispuesta a generar esas experiencias que harán de nuestras vidas y para otros inolvidables.
Antonio Tomasio. Autor de los libros Uno (Yo) y Mi hijo, mi maestro. Escríbe a atomasio@antoniotomasio.com con tus preguntas o sugerencias o visita la página http://www.antoniotomasio.com