lunes, 1 de agosto de 2016

Poeta 348: Juan Boscán


JUAN BOSCÁN

(España, 1492-1542) Poeta español, de familia ilustre, nacido en Barcelona y fallecido en Perpiñán (Francia), que debe su fama a haber sido uno de los introductores de los metros poéticos italianos, principalmente del soneto, aunque sin alcanzar el nivel estético de su amigo Garcilaso de la Vega. A él se debe la traducción de El cortesano de Baldassare Castiglione. Caballero ilustre y de una sólida formación humanista, se ocupó de la difusión de Diego Hurtado de Mendoza y Ausiàs March entre otros escritores. En 1536, año de la muerte de Garcilaso, comenzó una edición conjunta de sus versos y de los de su amigo. La viuda de Boscán se encargó, en 1543, de dar estos versos a la imprenta, que aparecieron con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega, publicadas en Barcelona. Tuvieron mayor resonancia los poemas de Garcilaso que los de Boscán. El siguiente villancico, compuesto por dos estrofas (la primera con dos versos octosílabos y un tetrasílabo intercalado; la segunda con seis octosílabos y un tetrasílabo), explora el tópico literario de la mirada amorosa, recurriendo a distintas inflexiones de los verbos 'mirar', 'ser', 'perder', 'ver', con predominio del pretérito imperfecto de subjuntivo que, por otra parte, sirve como ingrediente de las rimas externas e internas, junto con los participios en 'ado' e 'ido': “Si no os hubiera mirado,/no penara,/pero tampoco os mirara.// Veros harto mal ha sido,/mas no veros peor fuera;/no quedara tan perdido,/pero mucho más perdiera./¿Qué viera aquél que no os viera?/¿Cuál quedara,/señora, si no os mirara?”. Debe observarse también la frecuencia del fonema consonántico 'r' y su efecto aliterativo.

Fuente: http://www.epdlp.com

A LA TRISTEZA

Tristeza, pues yo soy tuyo,
tú no dejes de ser mía;
mira bien que me destruyo
sólo en ver que el alegría
presume de hacerme suyo.

¡Oh, tristeza!
que apartarme de contigo
es la más alta crueza
que puedes usar conmigo.
No huyas ni seas tal
que me apartes de tu pena;
soy tu tierra natural,
no me dejes por la ajena
do quizá te querrán mal.

Pero, di:
ya que estó en tu compañía,
¿cómo gozaré de ti,
que no goce de alegría?
Que el placer de verte en mí,
no hay remedio para echallo,
¿quién jamás estuvo así?
que de ver que en ti me hallo,
me hallo que estoy sin ti.

¡Oh ventura!
¡Oh amor, que tú hiciste
que el placer de mi tristura
me quitase de ser triste!
Pues me das por mi dolor
el placer que en ti no tienes,
porque te sienta mayor,
no vengas, que si no vienes,
entonces vernás mejor.
Pues me places,
vete ya, que en tu ausencia
sentiré yo lo que haces
mucho más que en tu presencia.

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