viernes, 25 de marzo de 2022

Libro: El perro de los Baskerville

 

 

El señor Sherlock Holmes


EL señor Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie junto a la chimenea, me agaché para recoger el bastón olvidado por nuestro visitante de la noche anterior. Sólido, de madera de buena calidad y con un abultamiento a modo de empuñadura, era del tipo que se conoce como «abogado de Penang». Inmediatamente debajo de la protuberancia el bastón llevaba una ancha tira de plata, de más de dos centímetros, en la que estaba grabado «A James Mortimer, MRCS, de sus amigos de CCH», y el año, « 1884». Era exactamente la clase de bastón que solían llevar los médicos de cabecera a la antigua usanza: digno, sólido y que inspiraba confianza.

- Veamos, Watson, ¿a qué conclusiones llega?

 

Una de las más populares aventuras del detective privado Sherlock Holmes. Holmes y Watson son llamados a investigar los extraños crímenes aparentemente relacionados con una antigua maldición que pesa sobre la familia de los Baskerville. El famoso detective se verá envuelto en un laberinto de antiguas supersticiones y oscuras venganzas, dentro del escenario amenazador de los páramos de Dartmoor (Inglaterra).

El sabueso de los Baskerville, también traducido como El perro de los Baskerville o El mastín de los Baskerville, es la tercera novela de Arthur Conan Doyle que tiene como protagonista principal a Sherlock Holmes. Fue publicada por entregas en el The Strand Magazine entre 1901 y 1902. La novela está principalmente ambientada en Dartmoor, en Devon, un condado del oeste de Inglaterra. Conan Doyle escribió esta historia poco después de regresar de Sudáfrica, donde había trabajado como voluntario médico en The Langman Field Hospital en Bloemfontein. Fue asistido en el argumento por un periodista de 30 años de edad del Daily Express llamado Bertram Fletcher Robinson (1870-1907). Sus ideas provienen de la leyenda de Richard Cabell, que fue la inspiración de la de los Baskerville. Su tumba se puede ver en un pueblo llamado Buckfastleigh.

Richard Cabell vivió durante el 1600 y fue el escudero local en Buckfastleigh. Tenía una pasión por la caza y era lo que en aquellos días se describía como un "hombre monstruosamente malo". Ganó esta reputación por, entre otras cosas, su inmoralidad y por haber vendido su alma al diablo. También se rumoreaba que había asesinado a su esposa. El 5 de julio de 1677 falleció y lo enterraron en su sepulcro, pero eso fue sólo el comienzo de la historia. La noche de su entierro apareció un fantasma con forma de perro caminando por todo el páramo y aullando en su tumba. Desde esa noche, se puede encontrar el fantasma, por lo general en el aniversario de su muerte. Si este no se va de caza, es posible encontrarlo en su tumba aullando y chillando.

La descripción de Conan Doyle de Baskerville Hall se inspiró en una visita al Cromer Hall en Norfolk. Algunos elementos de la historia fueron inspirados por una estancia en el Real Links Hotel en Cromer, donde Conan Doyle oyó hablar por vez primera de la historia del Black Shuck, el perro fantasma de la zona de Cromer, que se dice que camina entre Overstrand en el este y East Runton en el oeste.

 

ARTHUR CONAN DOYLE

(Edimburgo, 1859 - Crowborough, Reino Unido, 1930) Novelista británico. De familia escocesa, estudió en las universidades de Stonyhurst y de Edimburgo, donde concluyó la carrera de medicina. Entre 1882 y 1890 ejerció como médico en Southsea (Inglaterra). Para redondear sus magros ingresos publicó una novela de intriga, Estudio en escarlata, que se convertiría en el primero de los sesenta y ocho relatos en los que aparece uno de los detectives literarios más famosos de todos los tiempos, Sherlock Holmes.  

En un momento de auténtica inspiración, basándose en el copotragonismo de caballero y escudero en el Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, modelo que tantos novelistas han seguido, Arthur Conan Doyle creó al doctor Watson, un médico leal pero intelectualmente torpe que acompaña a Sherlock y escribe sus aventuras. En julio de 1891 empezó a publicar en la revista Strand Magazine las andanzas de su personaje, inspirado parcialmente en uno de sus profesores de la universidad, que abogaba por seguir estrictos razonamientos deductivos en todos los órdenes de la vida.

En 1893, harto de Sherlock, decidió darle muerte en la ficción junto a su enemigo mortal, el maligno profesor Moriarty; pero a causa de la presión de sus lectores, debió resucitar al detective en 1902, con El sabueso de los Baskerville. Doyle adornó a su personaje con ciertos rasgos muy reveladores de los estereotipos de la clase alta victoriana: afición a la cocaína, destreza en la música (sobre todo con el violín), bruscos accesos de euforia y de melancolía, misoginia y, por supuesto, patriotismo al servicio indiscutible del imperio inglés.

De este fervor da cuenta su apasionada escritura de panfletos y artículos a favor de su país en la guerra de los boers, como La guerra en Sudáfrica (1900), y también los seis volúmenes titulados The British Campaign in Flanders (1916-1919). Además de las novelas de intriga, Doyle practicó aceptablemente el género histórico en Michael Clarke (1888), La compañía blanca (1890) o Rodney Stone (1896), así como el drama en Historia de Waterloo (1894). Son curiosas sus incursiones en la ciencia-ficción: The Lost Word (1912) y The Poison Belt (1913).

El autor sufrió una crisis tras la muerte de su hijo mayor en las trincheras de la Primera Guerra Mundial y se dedicó, con la energía que lo caracterizaba, a difundir el espiritualismo, sobre todo en The Wanderings of a Spiritualist (1921) y The History of Spiritualism (1926). Cuatro años antes de morir publicó su autobiografía, Memorias y aventuras.

Las novelas de Sherlock Holmes han suscitado un culto de gran arraigo tanto de los lugares e indumentarias del personaje como de su ficticio domicilio en Londres. Existe una vasta cantidad de publicaciones pseudoeruditas que se ocupan del excéntrico personaje. Dentro de la historia de la novela detectivesca, Holmes es en muchos aspectos heredero de Augusto Dupin, protagonista de los tres relatos de Edgar Allan Poe (Los crímenes de la calle Morgue, El misterio de Marie Rogêt y La carta robada) que supusieron la fundación del género. Arthur Conan Doyle es considerado el primer maestro de la edad clásica de la narrativa policial, pronto desarrollada por figuras como Agatha Christie, G. K. Chesterton, Edgar Wallace o S. S. Van Dine.

 

MÁS INFORMACIÓN

 

Autor(es): Arthur Conan Doyle

Editorial: Austral

Páginas: 352

Tamaño: 13 x 17,5 cm.

Año: 2018