viernes, 15 de junio de 2012

Cita CIV: La adjetivación de fortaleza a las estructuras de Saqsaywaman


"Los cronistas referirán asombrados la existencia de 'fortalezas' en el vasto territorio andino, cuyo carácter militar se enfatizaba ante sus ojos por la presencia de murallas o baluartes -elementos muy comunes en todas las estructuras urbanas andinas- y de atalayas o torreones levantados sobre los picachos andinos, desafiantes y siempre vigilantes ante la presencia de enigmáticos 'enemigos', estructuras cuyo carácter 'defensivo' permitía proteger a las ciudades o a los 'centros militares' del Inka, tan igual a aquellas vetustas murallas que bordean y encierran a los antiguos asentamientos hispano-musulmanes, tan familiares a los españoles.

Para los peninsulares era necesario e imprescindible colocar nombres conocidos a aquellos edificios, y el atribuirles funciones fue simplemente corroborar lo que culturalmente para ellos, sus formas sugerian o denotaban frente a elementos similares que existían en la Europa del siglo XVI.

Hacia 1536, como consecuencia del levantamiento de Manqo Inka, el Templo del Sol de Saqsaywaman funcionó como baluarte o fortaleza, siendo tomado por los españoles que defendían el Cusco, en medio de cruentas batallas y grandes derramamientos de sangre, episodios narrados elocuentemente por Pedro Pizarro, entre otros protagonistas de la contienda. En este escenario histórico es importante hacer referencia a un valeroso guerrero que ofrendó su vida en los muros de Saqsaywaman. Desconocemos su nombre, pero se le conoce como el Qhawiri -el que mira u observa, a manera de un centinela-, de donde ha derivado la voz castellanizada de Cahuide; valeroso personaje que al ver perdida la 'fortaleza', y en momentos previos a la toma de la misma por los españoles, se cubrió el rostro con su capa arrojándose desde uno de los cubos o torreones hacia los abismos insondables de Saqsaywaman."

Páginas 96--105. La mítica cabeza del Cusco Inka: Saqsaywaman. Germán Zecenario Benavente. Revista Arkinka. Año 16 - Nro. 199 - Junio 2012. Lima, Perú.




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