LUIS DE GONGORA Y ARGOTE
(1561-1627)
Poeta cumbre de la poesía castellana. Nació y murió en Córdoba Durantes su juventud fue alegre, libertino e, incluso, pendenciero. Para los veinte años ya debiera estar ordenado de sacerdote, pero, a causa de su vida licenciosa, no llegó a ser sacerdote hasta los cincuenta años. Fue capellán, en Madrid, de Felipe III.
Viajó mucho por toda España: Madrid, Salamanca, Granada, Cuenca, Toledo. Asistió a muchas tertulias y academias literarias. De carácter arisco, criticó a muchos poetas de su tiempo y, a su vez, fue criticado por ellos. Murió de apoplejía a los 65 años, aunque años antes ya había perdido la memoria.
En su poesía se distinguen claramente dos períodos: el tradicional, en que hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usa canciones, tercetos, décimas, romances, letrillas, etc. Este período va hasta el año 1610, en que cambia rotundamente para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, empleando mucha mitología griega, utilizando para ello muchos neologismos, hiperbatones, etc. haciendo, a veces, muy difícil su lectura.
DE LOS QUE CENSURARON SU POLIFEMO
Pisó las calles de Madrid el fiero
monóculo galán de Galatea,
y cual suele tejer bárbara aldea
soga de gozques contra forastero,
rígido un bachiller, otro severo
(crítica turba al fin, si no pigmea)
su diente afila y su veneno emplea
en el disforme cíclope cabrero.
A pesar del lucero de su frente,
le hacen oscuro, y él en dos razones,
que en dos truenos libró de su Occidente:
"Si quieren", respondió, "los pedantones
luz nueva en hemisferio diferente,
den su memorïal a mis calzones".
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