Imagina al poeta más elegante de Roma, el mismo que enseñó a amar con
pasión en “El arte de amar”, Ovidio, desterrado a una ciudad remota,
Tomis, en el Mar Negro (actual Rumanía), en los márgenes del Imperio, un
territorio hostil, donde nadie habla su lengua, el clima es inhóspito y
la soledad lo rodea como una segunda piel.
Ovidio, exiliado por el emperador Augusto, escribe en medio del
exilio “Tristezas de un exiliado”, un libro de elegías donde el amor, la
nostalgia y el miedo se entrelazan en versos que resisten el olvido. En
la tercera elegía del libro tercero, el poeta enfermo clama por su
esposa, sueña con su regreso y se despide del mundo desde un lugar sin
nombre ni ritos, reclamando al menos un epitafio: “Si has amado alguna
vez… que no te cueste decir: descansen en paz los huesos de Ovidio”.
En este episodio de Locos por los clásicos viajamos con Ovidio al
confín del mundo romano, escuchamos su lamento, y descubrimos cómo
convirtió su dolor en poesía y su ausencia en presencia. Un exilio
convertido en poema, una elegía que sigue viva dos mil años después. Y
como no hay nada más moderno que los clásicos grecolatinos, les ponemos
música actual: la banda sonora de Las Tristezas de Ovidio está formada
por A te de Jovanotti; Sempre e per sempre de Francesco De Gregori;
Alfonsina y el mar en la voz de Andrés Calamaro y For the Love of a
Princess, de James Horner para Braveheart.
Fuente: Locos por los clásicos
MÁS INFORMACIÓN
- Podcast Locos por los clásicos: Aristóteles. Introducción a la Retórica
- Podcast Locos por los clásicos: Ausonio. Poemas a los familiares
- Libro: La guerra del Peloponeso I. Colección Biblioteca Gredos